El ayer que olvidé ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢

Epílogo y agradecimientos

Sufrí mucho cuando Itachi se fue de mi vida, al parecer esta vez definitivamente, pero no era la idea en sí, sino la manera en la que lo había hecho, y por ende saber que tuve la culpa de ello. Él mismo me lo escribió en aquella carta, confesando la razón de todas sus acciones, que admitió como incorrectas, no lo culpo ni lo odio por ello, no, ahora ya no, ambos hicimos mal, y estoy de acuerdo con él, lo mejor para ambos era ya no seguir juntos.

Pero en esos días lo odiaba como nunca creí que sería capaz de hacerlo, quería encontrarlo y matarlo, lo busqué por toda la casa apenas terminé de leer la carta, aunque haya asegurado que no se encontraba más en ese lugar, ilusamente creí que todavía seguía ahí, en algún rincón escondido, sin embargo, ya no ver su maleta ni mi propio dinero en efectivo hizo claro que su propósito se había cumplido.

Pero aparte de odiarlo a él también me odiaba a mí mismo.

"Se distanció de ti por culpa tuya" gritaba mi propia conciencia a mi oído. "Tú provocaste que te despreciara al grado de que se cansó de ti y se fue con otro".

Aquella vez y hasta el presente me había hecho a la idea que aunque regresara después de mucho jamás le perdonaría haberme engañado, y después pensara que las cosas se arreglaría con ocultarlo para sí, sin duda eso fue lo peor que pudo haberme hecho, los secretos siempre terminan por salir a la luz, por más que trates de ocultar que alguna vez su existencia resplandeció, pero no pude verlo.

Si las cosas fueron diferentes era por algo, pero hice caso omiso por mucho tiempo hasta que fue demasiado tarde.

Viví con la idea de que el amor de mi vida me había engañado, haciendo añicos el corazón que le concedí, el único que tenía y el cual nunca más pude reconstruir después de su partida. Fue difícil en un inicio, sus padres se enteraron de lo que Itachi me hizo, no lo podían creer, para ellos fue una pesadilla horrible, porque era algo de lo que pensaban que su hijo jamás sería capaz, y a pesar de que el golpe cayó fuerte sobre nosotros nos dimos a la tarea de informar a las autoridades de la desaparición de mi ex esposo, nos importó un carajo su petición de no ser encontrado, teníamos muchas preguntas, y no íbamos a esperar a que a él de pura casualidad se le ocurriera arrepentirse, volver, y explicarnos las cosas frente a frente.

Antes de recuperar la memoria me prometió que me lo diría todo, pero corrompió el pacto y prefirió huir cuando sus propias acciones pasadas lo atormentaron demasiado, no fue algo que me esperara de su parte, pero después de tiempo lo comprendí.

Pasaron los meses y no tuvimos ni una sola pista de su paradero, nada que nos acercara ni un poco, tras un año y medio desde que se fue de casa lo dimos por perdido completamente, se notaba bastante bien que su intención era esconderse de nosotros a como diera lugar, ya no lo buscaríamos más entonces.

Cuando regresé a California me sentía fatal, volví a las tardes y noches de bebida excesiva, ilusiones deslumbrantes, maldiciones a ese ser humano que me hizo feliz en toda una vida, y que también me había arruinado en poco más de un año.

Mis amigos me veían demasiado mal, y no era para menos, cuando falté al trabajo por una semana sin dar señales de vida todos se preocuparon por mí, cuando me fueron a buscar me encontraron en mi casa medio muerto, me llevaron al hospital y se podría decir que apenas había sobrevivido, incluso después de eso me preguntaba, ¿por qué no morí? Por qué no simplemente pudieron haber ignorado mi ausencia, si iba a estar solo de ahora en adelante prefería la oferta que la muerte me estaba dando y a la que por poco sucumbía.

Pero eso no pasó porque al parecer había personas a las que le importaba.

Obito, mi mejor amigo, era una de ellas, me fui a vivir con él temporalmente luego de que me dieron el alta del hospital, a él no le había contado nada de todo el infierno que había estado viviendo estos meses, así que le dije todo lo que pasó, sin omitir detalles, dejé a mi ex esposo tan mal parado que hasta el mismo Obito empezó a odiar a Itachi, y eso me daba igual, era momento de dejar de pensar que él no merecía que todos lo recordaran con bien, además, era necesario para mí liberarme de esa carga.