El ayer que olvidé ━━ 𝘚𝘩𝘪𝘴𝘶𝘐𝘵𝘢

XXII: Una nueva vida

Cuando logré salir de casa corrí tanto como mis piernas me lo permitieron, y nunca eché una última mirada a ese lugar que jamás en mi vida volvería a ver de nuevo, temía que si lo hacía las luces se encenderían, alguien se daría cuenta de mi ausencia y saldría a buscarme, para finalmente atraparme sin embargo eso no pasó.

Caminé un par de calles hasta que pude llegar a una esquina más transitada, a pesar de que era de madrugada la ciudad todavía seguía con vida.

Subí a un taxi que me llevara al aeropuerto, me la pasé con el rostro pegado al vidrio, pensando en lo que acababa de hacer, de verdad había llegado hasta aquí, no pude evitar que un par de lágrimas se escaparan de mis ojos, ahora que estaba decidido a desaparecer los arrepentimientos y las culpas venía junto a mí en el asiento trasero, era incierto si esto mantendría a todos a salvo, me iría a un sitio remoto, donde a nadie se le ocurriera ir a buscarme, estaría tan lejos del conflicto que yo mismo ocasioné que algún día alguien se olvidaría de mí, así como yo lo hice con todos ellos hace un par de meses.

No habría recuerdo de mi cara, de mi nombre, o de que alguna vez existí en el plano terrenal, a donde sea que fuera mi destino final trataría de hacer una vida nueva, estaba consiente que no se le parecería en nada a la que había llevado hasta entonces, me cambiaría el nombre, mi aspecto físico, y si alguien me lo preguntaba, crearía un nuevo pasado.

Abrí la mochila parcialmente, metí la mano ahí para contar lo que había conseguido sacar y lo conté adecuadamente, me sentía mal por haber tenido que hacer esto, quitarle todo su efectivo, pero bueno, no importaba, seguro mis padres le prestarían algo de dinero para reponerlo.

Me quedaba esperar a que hubiera boletos disponibles a estas horas, sino tendría que dormir en algún hotel barato y hacer esto mañana lo más temprano que fuera posible, con que fuera antes de que mi familia despertara me conformaba, existía la posibilidad de que fueran a buscarme al aeropuerto.

Oh, definitivamente no tenía ganas de lidiar con ello.

Una media hora después ya estaba en el aeropuerto, había personas entrando y saliendo, pero no eran demasiadas, apenas entré me dirigí a formarme en la fila para comprar los boletos.

Había vuelos disponibles para Estados Unidos, mas no para California, los únicos destinos que me estaban dando era Nueva York y Florida, tuve que elegir rápido, no eran lugares a los que planeara ir, pero por más presión y miedo que tuviera sobre mí tenía que escoger entre esos dos sitios, quizás era mi destino caer en alguno de ellos.

Por ello elegí la ciudad de Nueva York, podía sonar riesgoso, por tratarse de una ciudad enorme que nunca en mi vida había visitado, habitada por millones de personas, pero pensé que si mi intención era que nadie me encontrara debía de tomármelo muy en serio, en una zona urbana tan inmensa sería como buscar una aguja en un pajar, y bueno, nadie jamás sospecharía que fui a parar allá por la nula experiencia que tenía en Nueva York

Tuve que esperar dos horas para abordar, todo el tiempo que estuve ahí la pasé sentado en la sala de espera aguardando paciente a que nombraran mi vuelo, tenía miedo de perderlo por alguna distracción y no poder salir del país, ya no me quedaba dinero suficiente para completar otro boleto.

Me entretuve con mis propios pensamientos internos, aquellos que me decían que estaba haciendo un bien, la idea de regresar y tratar de solucionarlo ya no me estaban tentando tanto, y eso que me lo cuestioné varias veces mientras estaba en el taxi, supongo que puede ser valido replantearte si haces lo correcto cuando tomas decisiones así de desesperadas, me sentía como un niño pequeño viviendo en un mundo de adultos, sin una guía, sin saber qué hacer, y sin nada.

Había venido tan solo con un poco de ropa, mi pasaporte y dinero robado, todo lo que estaba haciendo tenía la pinta de salir mal, capaz que no lograría sobrevivir y terminaría viviendo en las calles.