1. Nacimiento

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Parto, hospitales, esperar... todo eso estaba pasando en una sola noche. Sí, ya es la hora de que Carolina diga hola a este planeta. Llevo aquí con María, desde las dos de la mañana y son las ocho. Han pasado cinco horas y todavía no tenemos noticias de mi hermana ni de mi sobrina. María me deja apoyar mi cabeza en su hombro y la miro de reojo. Está tan nerviosa como yo, se nota de aquí a cuenca. Le acaricio la mano y me mira.

-Estarán bien-Le digo.

-¿Desde cuándo esta Valeria? Positiva y salerosa.

-No, sigo siendo la misma desde hace tres meses, solo sé que mi hermana está bien.

Sonríe cuando le doy un beso en su mejilla y vuelvo a dejar mi cabeza en su hombro mientras intento no dormirme.

Hace cinco horas...

Mierda, mierda, mi hermana está de parto y no sé qué carajos ponerme.

-¡PONTE LO PRIMERO QUE COJAS, AH!

Sí, esa es mi hermana. Resoplo y cojo algo al alzar.

Bajo las escaleras con un petardo en el culo, Iván y Julia ya se han ido, María sale detrás mía y se mete en mi coche, esta es la suerte de tener mi propio coche

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Bajo las escaleras con un petardo en el culo, Iván y Julia ya se han ido, María sale detrás mía y se mete en mi coche, esta es la suerte de tener mi propio coche. Llegamos al hospital y nos dicen que tenemos que esperar fuera.

De vuelta...

Ufff, esto es desesperante. Nada, nadie ha salido todavía con noticias y me preocupa, encima no nos dejan pasar. Me levanto y pido un café en la cafetería. Es lo mejor que puedo hacer después de cinco horas esperando. Me tomo el café y vuelvo. Cuando vuelvo veo a Iván hablando con María y corro para hablar con él.

-Iván-Me mira y me observa-¿cómo están?
Iván sonríe y me abraza.

-Están bien, ahora las podéis ver.

Suspiré y sentí que mis hombros ya no pensaban como antes aunque siguen haciéndolo. Sé que Carolina me está observando, no la veo pero la siento, sé que por ejemplo, quiere ir a abrazar a Ivá pero no puede; y que quiere ayudar a Julia pero tampoco puede. Iván se volvió a ir y miré a María.

-Voy a ser abuela...-Dijo y sonreí.

-...y yo tía...

Sonreímos y me abrazó. Aunque solo es un comienzo bueno de una nueva era, todavía tengo cicatrices que no han curado desde hace meses, y aunque intento olvidarte, es imposible hacerlo, intento no pensar mucho y centrarme en mi trabajo y en mi música; ahora, trabajo con música y trabajo mucho, no quiero salir y ver mi mundo en ruinas. Voy a ser la mejor tía del mundo, eso sí lo sé, porque, Carolina y yo llevamos casi la misma sangre y a parte de sus padres, yo también voy a tener que soportar a esa niña con el mal carácter de ambos. Porque no fui la única que tuvo que soportar a los dos para que ahora tengan una hija con el carácter de los dos fusionados.

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LHM 2: No todo parece ser un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora