5. Quejas

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Me desperté. Me levanté y me duché. Hoy es sábado y no tengo nada que hacer, que alegría. Salgo de la ducha y me visto en mi cuarto.

Me iba a poner algo cómodo pero para mi horror, no tenía nada lavado

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Me iba a poner algo cómodo pero para mi horror, no tenía nada lavado. Bajé las escaleras y saludé a María y a Julia que estaban hablando en el comedor. Me acerqué a Carolina y le acaricié la mejilla y me respondió con una sonrisa. Me hice mi café y me senté en la mesa a escuchar la conversación de Julia y María.

-¿Dónde está Iván?

Les pregunto porque no lo había visto.

-Está en el hospital-me respondió Julia-dice que tiene unos clientes que son millonarios y si le sale bien la jugada, le vendrá bien a los demás hospitales.

Suspiré, me acordé de que los pacientes de mi hospital se estaban quejando del servicio de cafetería y el de los baños.

-Pues espero que le salga bien la jugada-me levanté-porque en mi hospital, los pacientes ya se están quejando.

Dejé mi taza en el fregadero y me encogí de hombros cuando miré a Julia.

-¿De qué se quejan?

Me preguntó.

-Pues...de los baños y del servicio de la cafetería.

Me acerqué y me senté de nuevo.

-¿Por qué no los restaura?

Me pregunta María.

-No hay dinero, esas restauraciones son muy caras y con el precio de la luz de estos dos últimos dos meses, hemos gastado 10.000 euros.

La mandíbula de María y de Julia llegaban al suelo.

-¿Y tú tan tranquila?
-No, yo no estoy "tranquila", estoy preocupada por mi hospital, pero sabiendo como es Iván con las negociaciones y después, sabiendo que los clientes son millonarios, tampoco hay mucho de qué preocuparse.

María asintió y Julia se distrajo un momento con su móvil porque le habían llamado. Mientras Julia atendía la llamada, me puse a hablar con María. Un rato después volvió y se sentó en la silla donde estaba antes sentada. Me miró.

-Iván te necesita-Me dijo.

Me levanté, me despedí de las tres, de Carolina, de Julia y de María, me metí en mi coche, y conduje hasta el hospital de Iván que era donde estaba él y los clientes.

LHM 2: No todo parece ser un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora