2. La borrachera

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-Valeria despierta-Alguien me estaba intentando despertar.

Abrí los ojos un poco y vi a Marcos. Abrí los ojos completamente y me sorprendió estar en la habitación de Paula.

-¿Qué ha pasado?

-¿Qué te ha pasado a ti?

-¿Por?

Marcos me miró un poco sorprendido pero me respondió.

-¿No te acuerdas de nada?

-No, ¿por qué?

Marcos resopló y me lo contó.

-Ayer te emborrachaste, viniste aquí y me dejaste muy claro que siempre estuviste enamorada de mí y que al no ser correspondido te intentaste suicidar pero que Julia te paró los pies y no lo hiciste; después te enamoraste de Mateo pero él te engañó y que ahora, te habías peleado con María, Iván y con Julia y te escapaste de tu casa con tu coche para emborracharte.

WOW, eso si que no me lo esperaba. Sí que es verdad que me dolía un montón la cabeza pero seguramente sería por la resaca. Me intenté levantar pero cuando lo hice un fuerte dolor en mi espalda me hizo gemir.

-Mierda...-murmuré.

Marcos me estaba mirando.

-¿Qué pasa?-Me preguntó.

Suspiré y lo miré a los ojos.

-Me acabo de acordar de que ayer choqué mi coche estando borracha.

Marcos se hubiera chocado la cabeza contra la pared tres mil veces antes de soportarme de resaca y borracha. Se sentó a mi lado y me miró.

-¿Dónde lo dejaste?

-Eso sí que no me acuerdo.

Marcos refunfuñó y nos dejamos de mirar. Se levantó y empezó a caminar de un lado a otro.

-No sé porqué te dejé pasar, creo que fue porque me diste pena porque si hubiera sabido todo esto, entonces, te hubieras olvidado de mí.

Resoplé. Me hubiera gustado no emborracharme ayer pero Carol no me ayudó.

Ayer:

-Carol sé que estás ahí, solo necesito que me digas que hacer.

-Yo no te puedo ayudar, Valeria.

-¡No me digas eso, joder!

-¿¡Y qué quieres que te diga Valeria!?

-¡No sé!

-¡Yo no te puedo ayudar! ¡Me morí hace quince años!

-¡JODER!

Me eché a llorar con solo recordar que ya no la tenía, mi mejor amiga me dejó hace quince años y yo no lo he superado. Se me nubló la vista y lo siguiente que sentí fue un golpe seco, me dolía la espalda y la cabeza. Abrí mis ojos y vi el humo. Salí del coche como pude y vi que me había estrellado contra un árbol, estaba en la nada. No había nada alrededor solo un bar que se veía vacío. Mi móvil estaba destrozado y solo me quedó otro que ir al puñetero bar. Llegué como pude al bar y entré. El que estaba detrás de la barra, me ayudó a llegar hasta la barra y me senté en un banco.

-¿Quieres algo?

-¿Un ibuprofeno?

-Digo de bebida.

-Ah...-pensé en algún cubata-...un ron-cola por favor.

El señor, un rato después me lo sirvió y después de esa ronda fueron diez más de distintas bebidas que el señor me ofreció. Había perdido el reconocimiento muy rápido, creo que era mi primera borrachera. Creo que le pedí al señor que me llevase a casa de Marcos porque una hora después, estaba en su puerta. Toqué el timbre y me abrió. Lo empujé y dije cosas sin sentido.

LHM 2: No todo parece ser un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora