Había pasado una semana desde la fiesta de Dustin. En ese tiempo, Madeleyn no pudo asistir a la universidad, por lo que no tuvo oportunidad de ver a Leo en esa semana. Era de nuevo sábado por la mañana se encontraba en su departamento frente a la computadora revisando correos electrónicos.
Al escuchar el timbre de su apartamento sonar le pareció extraño debido a que no esperaba a nadie. Por lo que se levantó para averiguar quién era la visita inesperada de ese día. Al llegar a la puerta vio por la cámara de la entrada que la persona que se encontraba afuera era Rayan, sorprendida abrió la puerta.
–¡Déjame decirte!, que eras una de las últimas personas que esperaba que tocara mi puerta.
–Y déjame decirte a ti que yo esperaba encontrarte en pijama, ¿Qué estás haciendo? –preguntó ingresando al departamento.
–Estoy trabajando.
Rayan al darle un rápido vistazo al escritorio de Madeleyn pudo observar que era cierto lo que decía su computadora estaba encendida y a lado de sus papeles se encontraba una taza la cual no podía ver su contenido, pero por el olor podía jurar que era café.
–Ok. No puedes estar todo el tiempo trabajando, tengo que enseñarte a relajarte –dijo en un tono despreocupado.
–¿Por qué estás aquí? –estaba intrigada de su presencia.
–Quiero disculparme contigo por todo lo que he dicho de ti.
–Ya te habías disculpado conmigo –le recordó.
–Si, pero para que nunca olvides que me disculpé contigo, quiero hacer algo por ti –anuncio orgulloso de sí mismo por la idea que había tenido.
–No es necesario –lo interrumpió.
–Claro que es necesario, no puedes ser gerente de una empresa que se dedica a fabricar autos y tú no puedas conducir, uno es vergonzoso. Por eso me he propuesto enseñarte a conducir y no me iré hasta que te dé tu primera clase de manejo.
–Eso quiere decir que no tengo opción.
–¡Así es!, tus lecciones comienzan a partir de hoy –sentenció Rayan satisfecho, ante eso Madeleyn lanzo un suspiro resignado.
–Dame cinco minutos déjame terminar de desayunar.
Rayan llevo a Madeleyn a una parte alejada del centro de la ciudad donde no había tanta circulación de autos. Después de estar todo el día y tarde practicando, Rayan decidió que era hora de dar por terminada la lección.
–Vámonos, es todo por hoy, creo que puedes llevarte el automóvil hasta tu departamento.
–No estoy segura de poder llevármelo todo el trayecto –confesó.
–No te preocupes cuando ya no puedas llevarlo haremos cambio.
Madeleyn puso el automóvil en marcha, Rayan vio como ponía en práctica todas las instrucciones que le dio al pie de la letra, por lo que pensó que estaba realmente nerviosa por ser tan minuciosa.
–Entonces ¿Leo y tú son pareja? –bromeó intentado a aligerar el ambiente.
Eso tomó a Madeleyn por sorpresa que freno tan inesperadamente el automóvil que Rayan y Madeleyn rebotaron sus cabezas por la acción. Él empezó a reírse ante su reacción.
–Ja, ja, ja ¡De acuerdo!, todavía no estás preparada, yo conduzco de regreso –los dos se bajaron del automóvil y cambiaron de lugares, el regreso fue tranquilo y Rayan ya no comento nada que la pusiera nerviosa.
–Espera hacia ¿Dónde vamos? –preguntó al notar que tomaban una ruta diferente a la de su departamento.
–Hacia la residencia –dijo restándole importancia.

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CONTRATOS [Terminada] SAGA CONTRATOS ADOPTIVOS LIBRO l
Novela JuvenilAlgunos firman contratos para tener matrimonios falsos. Margaret tuvo que firmar un contrato para ser la hija adoptiva de Brandon Park a pesar de no ser huérfana y conocer a sus padres. Margaret Romero es una chica de 15 años y a su corta edad tiene...