Había llegado la hora de decir adiós. La noche de la despedida tenía una promesa que se volverían a ver pronto.
–¿Cuídate mucho? –pidió su madre.
–Lo haré ustedes también por favor cuídense. Los quiero mucho.
–Lo haremos, nos hubiera gustado tener aquí más tiempo, pero, aunque estuvieras más tiempo al momento que te despidas hubiéramos pedido más tiempo, no importa cuánto estuvieras con nosotros, siempre vamos a pedir más –reflexionó su padre.
–Los extrañaré mucho.
–Y nosotros a ti.
–Bueno, al parecer es la hora de irme, adiós.
–Adiós. Te amamos por favor no lo olvides.
Madeleyn les dio un último abrazo a sus padres antes de abordar el automóvil.
La semana que estuvo con sus padres la atesoraría por mucho tiempo, tenía la esperanza de poder estar pronto con sus padres nuevamente. Se prometió que encontraría algún vacío en el contrato para volver a verlos o tener comunicación con ellos.
Al abordar el automóvil, Leo lo puso en marcha. Después de un rato en silencio, Leo fue quien lo rompió.
–¿Te arrepientes?
–No. Gracias por todo lo que has hecho por mí y por estar a mi lado, por darme la fuerza que necesitaba para afrontarlo –agradeció Madeleyn.
–Solo falto que visitáramos a Eliot, pero todavía no regresaba de Londres, me parece que él regresa la próxima semana.
–Me hubiera gustado verlo. Pero es mejor así, por ahora que lo sepan solo mis padres es suficiente.
Leo conducía a una velocidad de 80 kilómetros por hora, una velocidad prudente, estaban escuchando música. Sería un viaje tranquilo al aeropuerto. La carretera estaba prácticamente sola, habían recorrido varios kilómetros sin que pasara ningún otro automóvil.
Después de un rato observaron que se aproximaba un automóvil en sentido contario. No se le hizo raro porque la carretera era de doble carril. Se preocuparon hasta que notaron que se aproximaba a ellos a una gran velocidad.
Leo no pudo evitar que impactaran los dos automóviles y los sacara del carril. Leo coloco su brazo de derecho frente al pecho de Madeleyn para evitar que su cuerpo se moviera mucho mientras giraban por el impacto. El auto se detuvo solamente por al impactar con un árbol que se encontraba a un lado de la carretera.
En una carretera oscura y silenciosa, dos pares de faros iluminaban un lado de la carretera. Tres personas estuvieron implicadas en un accidente automovilístico.
La cabeza de Madeleyn le daba vueltas, pero se encontraba bien. Cuando dejo de ver doble le echo un vistazo a su acompañante.
–Leo, ¿Leo estás bien?, respóndeme –Madeleyn se quitó el cinturón de seguridad para acercarse a él al ver que no le respondía.
Leo se encontraba inconsciente en su asiento con sangre en la frente.
–Leo, vamos háblame, ¿dime que estás bien? –pedía Madeleyn desesperadamente.
Madeleyn, al estar preocupada por Leo, no se dio cuenta de la presencia de un hombre que se acercaba al automóvil. Hasta que fue demasiado tarde.
El hombre se acercó por la puerta del copiloto abriendo la puerta con fuerza.
Madeleyn al verlo imaginó que se acercaba para ayudar.
–¡Por favor ayúdeme!, llame a una ambulancia –pidió Madeleyn, desesperada a la persona de que se acercó al costado. No presto atención a la persona que se acercaba, solo vio que se acercó por el costado que alguien se había acercado. Sin darse cuenta, el hombre abrió la puerta.
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CONTRATOS [Terminada] SAGA CONTRATOS ADOPTIVOS LIBRO l
Dla nastolatkówAlgunos firman contratos para tener matrimonios falsos. Margaret tuvo que firmar un contrato para ser la hija adoptiva de Brandon Park a pesar de no ser huérfana y conocer a sus padres. Margaret Romero es una chica de 15 años y a su corta edad tiene...