Halloween clandestino (especial)

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(Aviso): No va a haber nada relacionado al terror porque soy un queso escribiendo eso.

Tw: Alcohol

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Mi madre siempre dijo que halloween era una festividad del diablo, que si me disfrazaba tenía boleto dorado al infierno, obviamente lo que dice mamá no forma parte de mi vocabulario.

Desde que iba en primaria, siempre que me han invitado a fiestas de disfraces (específicamente de Halloween), he hecho lo que fuera necesario para ir.

Lastimosamente este año mi madre volvió de su viaje a Estados Unidos, con regalos porsupuesto, pero manteniendo mi aislamiento especial de cuando su presencia ronda la casa.

Si el divorcio fuera legal había dado lo que fuera por pedir que mi padre tuviera mi custodia, pero no hay mucho que hacer y he podido escaparme para ir a fiestas toda mi vida, está no sería la excepción.

Tomé mi maquillaje del escritorio y después mi bolso donde estaba: Mi disfraz, un libro por si me aburro y perfume por si vuelvo con olor a sustancias no autorizadas por mi madre.

Abrí la ventana y salí, había dejado una escalera en la mañana a un lado del tejado desde donde bajaba. Caminé hasta ahí y luego poniendo un pie debajo del otro logré llegar a la fría hierba de mi jardín.

Sonreí victoriosa y caminé hasta la casa de los tíos de Ed, toqué la puerta despacio para que luego me atienda Lucy, la cuál iba a pedir dulces con sus amigas, ella estaba disfrazada de la realeza, llevaba una tiara y un lindo vestido rojo y amarillo que le llegaba por encima de los tobillos.

-¡Acalia!- Me abrazó sonriente, no me veía hace mucho, exactamente desde que mi cuarentena maternal comenzó- Ed está arriba, dijo que primero veas a Susan, dice que su disfraz es hermoso- Me dejó pasar acompañándome hasta arriba.

Llegué hasta donde Susan estaba, ella me miró sonríendo con un hermoso disfraz de musa, con unos brazaletes dorados, una corona de flores y su cabello atado en una media cola hecha de trenzas.

-Por Aslan Susan, estás hermosa- Me acerqué a ella y la abracé, como era de esperarse ella olía a perfume de flores y el blanco calzaba perfectamente con su actitud.

-Tu te ves aún más hermosa, aunque no tienes tu disfraz aún, te quería decir que te disfraces conmigo y Eloise pero Ed me dijo que quería compartir disfraz contigo- Se separó de nuestro abrazo mientras acomodaba mi cabello- Estás despeinada, ¿cómo convenciste a tu madre?- Dijo con una mueca de curiosidad.

-Digamos que no la he "convencido"- Sonreí inocentemente mientras le sacaba una ramita a un mechón de mi cabello.

Ella río pero no preguntó nada más y me indicó donde estaba Edmund.

Caminé hasta la habitación, me di cuenta que estaba yendo por buen camino cuando escuché gritos de una pelea de niños.

-¡Eustance, deja de tocar mi ropa!- La voz de Ed sonó en toda la habitación.

-¡Cuando tú dejes de usurpar mi habitación!- Gritó otro niño.

Toqué la puerta y el sonido se apagó por completo, siendo suplantado por susurros.

-¿Esperabas a alguien?- Dijo a lo bajo una voz que aún no reconocía.

-Si, ya cállate- Siguió Ed.

Abrió la puerta lentamente dejándome ver adentro, le sonreí y el hizo lo mismo.

-Hola- Le dije susurrando para luego besarlo colocando mis brazos al rededor de su cuello.

AMAPOLA  [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora