Condename al Infierno. Afterdeath~♡

Capítulo 10

- eso es absurdo... yo no te amo.

-... pero te gusto.- como si hubiera sido atrapado, Geno volteó la mirada sonrojado por la afirmación del mayor. No podía negar eso.

Reaper depósito un beso en la mejilla del menor haciéndolo voltear nuevamente para mirarlo.

- tu tambien me gustas. - no pudo responder cuando sus labios fueron presos de otro beso lento pero esta vez Reaper exploraba la cavidad bocal de Geno con su lengua, cosa que lo avergonzaba más.

La rodilla de Reaper comenzó a rosar la entrepierna del menor generando pequeñas descargas de placer y su miembro empezó a endurecerse. Cumpliendo el objetivo de excitarlo sus manos pasaron por la espalda y la delgada cintura del menor, lo sostuvo poniéndolo encima suyo y él quedando boca arriba y antes de que el peliblanco pudiera preguntar el repentino cambio de posición el azabache reclamó.

- el otro día dejaste que me encargara yo solo de un problema - trago saliva al recordar cuando echo a Reaper por que su hermano había llegado justo en un momento inoportuno. - ahora te toca a ti ayudarme.

Su mente aún trataba de comprender las intenciones de su opuesto, ¿A que se refería con eso?.

El mayor no tardo en entender la confusión y con la mirada indicó el problema del que le estaba hablando. No pudo contener su sonrisa cuando el menor comprendió su idea, su cara roja mostraba que su mente tenía una discusión consigo misma, si se negaba no lo iba a obligar pero ciertamente era tierno verlo ahí.... encima suyo debatiéndose si hacerle un oral o no.

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Con mucha vergüenza en sus adentros, cedió silenciosamente a la propuesta del mayor. Ahora su lengua recorría de clara forma inexperta aquel falo endurecido. Era increíble que esa cosa allá estado en algún momento dentro suyo, es decir, le provocaba arcadas cuando intentaba imitar los movimientos que el mayor utilizó aquella vez que se lo había hecho. Si nisiquiera podia meter la mitad a su boca por mucho que lo intentara y el azabache parecía disfrutar su tortura, además de no mostrar ningún signo de placer a excepción de algunos suspiros que sacaba de vez en cuando.

Intento nuevamente meterlo a su boca pero esta vez se ahogó retirandolo rápidamente para toser.

El mayor que estaba sentado se inclinó para sentarlo encima de sus piernas como la última vez.

- perdón... no tengo experiencia en esto...

Después de su notable fracaso, subió la mirada apenado cuando Reaper tomó su mentón para atraerlo hacia él mirandolo a los ojos con una sonrisa en los labios y decirle.

- no importa... Eso es sexi. - Sin más lo beso poniendo todo de sí en la unión fogosa, Geno que conservaba solo el buzo que Reaper le había prestado, demás esta decir lo grande que le quedaba, el azabache junto su miembro con el del menor para iniciar movimientos de arriba a abajo masturbando ambos trozos de carne que se tocaban.

Sus gemidos ahogados por el beso se hicieron presentes al sentir la ola de placer provocada por el mayor y su mano hábil.

¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que admitiera tener sentimientos por el causante de esos pensamientos y acciones pecaminosas que tenía?...

Por mucho que se resistió al inicio cuando ambos llegaron al orgasmo su mente lo traicionó diciendo en sus adentros lo mucho que le gustaba sentir su cuerpo siendo tomado por él.

Los sonidos lacibos que solo él le hacía soltar eran clara prueba de que le gustaba los toques ajenos... pero solo cuando era él.

¿Acaso Dios le estaría viendo en esos momentos? Pecando tan descaradamente ante la lujuria.

Cuando Reaper soltó un comentario entre el sexo toda lealtad alguna vez jurada al ser omnipresente pareció desaparecer .... sus manos solo se aferraron a la espalda ancha del azabache ocasionando algunos rasguños en el acto.... se sumergió en el placer que las caderas agenas lograban cuando arremetían contra su prostata....

"Eres un Ángel Geno.... uno hermoso"

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Apenas comenzaba el amanecer en la ciudad. El cielo se teñia de colores pasteles y las nubes daban la sensación de ser algodón de azúcar.  El aire refrescaba pero para el peliblanco no resultaba un problema al estar bien abrigado, cortesía del azabache, que al no conseguir que Geno aceptase ser llevado a casa le dio abrigo para que no pasara frío a esas horas.

El silencio en el parque que cruzaba era de esperarse al ser un domingo a las 7am. se supone que se dirijia a la misa de siempre. Su mente en blanco hacía eco en su corazón, permitiéndole resonar su latir en aquel cuerpo pequeño.

De pronto su vista se quedo fija en el enorme estanque que tenía el parqué.

Su vista fue al cartel amarillo con letras negras que decían "Prohibido nadar, laguna profunda" .

Un rato estuvo parado enfrente cuestionando sus motivos para llevar a acabo su plan resiente. Por un momento miró al cielo dolido por la manera en la que se veía forzado a conseguir su respuesta tan ansiada.

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Dejo la mochila en el pasto y sus zapatillas junto con la chaqueta de Reaper.

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Sin pensarlo un momento más saltó.

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Nado hasta el fondo hasta llegar a la tierra y estar entre las plantas de agua que crecían en el fondo. Miraba arriba esperando la mano de su salvador, quería que le diera una señal de que en realidad existía y no lo castigaba por sus errores.

...

Pero nada apareció. Sus lágrimas se fucionaban con el agua dulce del estanque y unos pocos peces eran testigos del hueco que se hacía su corazón entre las algas enredadas. Sus pulmones dolían por la falta de oxígeno y su mente poco a poco le gritaba que saliera de ahí, pero él quería estar equivocado en que su Dios no era más que un farsante.

La desesperación lo gano y terminó saliendo bruscamente del agua. Tosía e intentaba recuperar aliento, miro a su alrededor y exactamente.... ni un alma..... ninguna señal... solo la silenciosa madrugada. Su cuerpo temblaba por el frío al estar mojado.

Pero en la orilla lo esperaba aquella chaqueta del azabache. Recordo entonces cuando se la puso en los hombros "Ten. O te vas a enfermar".

La agarro y se la colocó al estar en la orilla arodillado. El estanque reflejaba al cielo rosado y a los primeros rayos de sol a una pobre alma devastada por una mentira que le fue inculcada desde siempre. La tela era ahora a lo único que se aferraba mientras de sus ojos salian agua salada, como si compitieran con las del estanque mostrandoles lo amarga que era el perder todo aquello que alguna vez creíste.

No le quedaba nada.

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"El quiebre de aquel ser que sale de la cueva y ve las verdaderas sombras es inexplicable"