Condename al Infierno. Afterdeath~♡

Capítulo 29

Narrador

La mañana tenía una inusual luz de sol calido. Seria un dia agradable, más aún con ese desayuno preparado por el mayor. Panqueques con miel y mantequilla, uno solo con chocolate derretido arriba, era obvio para quién era.

Mientras sus hermanos peleaban y comían el desayuno, Geno se alistaba para ir a trabajar. Tenía tiempo de sobra pero no sabía si las calles estarian cubiertas por la nieve y Reaper quería llevarlo al asilo en auto.

- Fresh vuelves a meter tu tenedor en mi plato y duermes afuera

- Bro, los tuyos saben better~ - volvió a intentar sacar un panqueque del plato y el moreno rápidamente le dio un golpe a la mano del menor con su cubierto.

- ¡Te Dije que NO! - los quejidos y lloriqueos molestaron al mayor que terminaba de guardar sus cosas en la mochila.

- ¡Que les dije de pelear! - y con eso los dos a regañadientes siguieron desayunando. La relación entre ellos podia estar mal, pero ninguno se atrevía a enfrentarse a un Geno enojado.

De repente, cuando se estaba poniendo su abrigo, la puerta fue tocada. No era Reaper, desde el día en que sus hermanos lo habían dejado solo en casa le mandaba un mensaje de estar afuera esperándolo, evitaba toparse con ellos por lo mal que se caían. Miro a sus hermanos esperando que alguno dijera que era algun amigo de ellos, o comyet, pero ambos levantaron los hombros en señal de no saber quien era.

Abrió la puerta teniendo un mal presentimiento y ...

Era el viejo padre de la iglesia a la que antes asistían.

Con un gran abrigo blanco por el frío de Portland. El anciano dio una calida sonrisa y alzó la mano en señal de saludo.

- ¡Joven Geno!, me alegra verlo bien - anonadado por la visita sorpresa, estrecho igualmente su mano por no ser descortés.

- Amm hola padre - intento no sonar grosero con su sorpresa - ¿Que hace por aquí?

El señor rápidamente cambio su rostro a uno de pena y su sonrisa se escogió un poco.

- La verdad, es que nada bueno me trae a tu hogar Geno, ¿Puedo pasar? - preguntó, y comprendió entonces lo grosero que era no haberlo invitado desde antes.

- Adelante - se hizo a un lado para permitirle el paso, sus hermanos se mostraron inquietos al ver al hombre que solo veían en las aburridas misas de antes.

El padre recorrió con la mirada la sala, como si buscara algo en las paredes, Geno sabía lo que era.

- Veo que an cambiado la decoración - El mayor de los Crayons se cruzó de brazos.

- Así es padre

- Joven Geno - se dio la vuelta mirandolo, de su bolsillo saco una biblia mediana y se acercó hasta el peliblanco para agarrar su mano y poner el pequeño libro en esta - Se que has perdido el camino del bien, déjame mostrarte nuevamente - Error chasqueó la lengua.

Y Geno dudo por un segundo el como rechazar al pobre hombre, lo conocían desde pequeños, él los habia ayudado mucho después de la muerte de su madre y no sabía como responder a tal acción de su parte. Sus intenciones podrian ser buenas pero el ya no regresaría a aquella religión donde perdió tanto.

- L-lo siento pero... - devolvió el libro - Ya no soy creyente, señor.

El mayor suspiro decepcionado por su respuesta.

- Geno se lo de tú... - pareció incomodo al querer continuar - enfermedad.

Escucho cuando su hermano menor rio por lo bajo. Lo miró en señal de que se callara y respondió.