Condename al Infierno. Afterdeath~♡

Capitulo 43

- ¿Y si lo llevas a un profesional?

- Es Geno, Ink. La persona más terca en este mundo como para aceptar tener un problema. Solo esta siendo un imbecil.

- Es tu hermano...

- Es un imbecil. - termino el tema mordiendo su chocolate para empezar a ver su televisión. La novela no podía ponerse en pausa nunca.

Ink entendía a Error, o eso trataba. La situación era complicada, más por el registro de sustancias en el árbol familiar del moreno además de la religión, lo cual siempre creyó era una muy mala combinación.

Pero debían hacer algo antes que que ocurriera algo peor, tal vez el podía hablar con el mayor de los crayons y así ayudar a su novio. Aún si Geno no quería escucharlo el podría intentarlo.

Su madre buscaba consejos de profesionales en Internet lo cual era poco confiable.

- Lo intentaré yo entonces- sonrió.

- Si lo logras te compro una nueva paleta de colores y si no lo logras me debes un chocolate - prometió sabiendo que no haría falta ni preguntar cual quería, no llegaría a nada en una charla con su hermano así que para que molestarse en preguntar.

- ¡Razón suficiente para intentarlo!

No espero a que su novio terminará la novela, tardaría mucho y sabía que Geno estaba en su casa a esa hora. Reaper tal vez no, ya que era fin de semana y esos días trabajaba hasta tarde por las mañanas debido a los turistas que visitaban Portland.

Su madre intento hablar con el cuando le confesó que tenía sentimientos por error, pero a la final terminó por aceptar que no le pasaba nada malo. Tomo su tiempo pero finalmente todo salio bien y hasta aceptaba que su novio durmiera en su casa cuando quisiera (siempre con la puerta abierta)

Geno podría ser alguien terco pero el tenía una maestría en tratar con personas de fuerte carácter.

No podía seguir haciendo la mirada hacia abajo cuando una de las personas que más le importaba estaba sufriendo. Geno formó gran parte de su infancia y adolescencia.
Cuando su madre no podía pasar a recogerlo de la escuela por su trabajo, el mayor sin problema alguno iba por el, junto a Fresh y Error que siempre peleaban en el camino.

Cuando la adolescencia lo hizo sentirse apartado de su religión y su madre, Geno estaba ahí para escucharlo en la comodidad de la casa crayon. Las peleas de familias siempre se solucionan, al menos en esa casa porque al final del día, eran lo único que tenían.

No dejaría que esa casa siguiera siendo un campo de guerra.

Toco la puerta cuando finalmente llegó pero nadie respondió. Volvió a tocar y está vez se escucharon unos pasos.

- ¿Ink? - pregunto Geno luego de abrir la puerta.

- Hola - sonrio nervioso, no lo había visto desde esa noche en la que Reaper llegó enojado. Se veía triste, sus ojos tenían bolsas que también tenían bolsas, su ropa era una pijama celeste y en la manga tenía una mancha cafe, lo que le decía que solo había estado tomando cafeína esa mañana y ya eran las 2 de la tarde - ¿Puedo pasar?

Parecío pensarlo porque tardo unos segundos en responder, volteó su cara hacia adentro y volvió a mirarlo asintiendo, no estaba apenado, más bien estaba resignado con su situación.

Cuando paso el umbral de la puerta lo entendió.

Todo estaba revuelto, parecía que un huracán había pasado por ahí y había dejado ropa junto con cajas de pizzas y envoltorios de chocolate por doquier. Esta no era la casa a la que solía ir para sentirse mejor por lo acogedora que era, siempre olía bien y los sillones nunca fueron montañas de ropa apiladas.