TWELVE

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CAPÍTULO DOCE - CORTEME, SI ES NECESARIO

Calista Bridgerton se encontró bailando con un pretendiente, una situación inusual en la que encontrarse, pero el cambio no le haría daño. Su tarjeta se estaba llenando rápidamente para su consternación. Ella solo había bailado con su antiguo amante desde el comienzo de la temporada, su reclamo sobre ella era suficiente para mantener a raya a otros caballeros, sin embargo, los pretendientes estaban ansiosos por darse cuenta de que no estaba enamorada, ni de Arthur, ni de nadie.

Una plegaria gozosa había sido respondida a quienes más la deseaban, quienes querían a su lado a la magnífica Calista. Había notado a Arthur en los jardines, esperando el momento adecuado para saltar, pero estaba aburrida de sus constantes miradas y ojos de cachorro.

Poniendo los ojos en blanco, había aceptado un baile con Lord Montgomery, un Lord rico a quien no tenía intención de conocer, todo lo que quería hacer era crear cierta distancia entre ella y Arthur.

–Es un honor bailar con un cisne tan hermoso–. Lord Montgomery la elogió hasta el cielo. Ella sonrió levemente, agradeciéndole. El baile terminó rápidamente, le dolían los pies, no estaba acostumbrada a bailar sin haber practicado baile durante un año o dos. Hizo una reverencia al caballero y salió de la pista de baile para ir al buffet, su madre probablemente se desmayaría ya que más ojos estaban sobre ella que nunca.

–Nos encontramos de nuevo, de la manera más extraña. ¿Le atrae la comida, señorita Bridgerton?– La voz que pertenecía al duque de Hastings resonó en sus oídos mientras lucía una sonrisa de complicidad y se dio la vuelta para ver al hombre que había asistido a la cena con su familia ayer y ahora, tenía toda su atención.

–Tal vez. ¿Debo creer que necesitamos comida para sobrevivir?– Ella fingió jadear, un exitoso intento de sarcasmo del que no era ajena. Parecía divertido incluso para un caballero de alto rango.

–Pasé una noche maravillosa, tu familia es cercana, no he visto ese tipo de familia que amo por un tiempo–. Simon se rió mientras tomaba un sorbo de champán.

–Bueno, solo nos amamos de vez en cuando. Solo alimentaste el odio de mis hermanos por más pretendientes, felicidades, es muy divertido ver a un Anthony orgulloso y molesto cortar un bistec con tanta ira.

–Muy protector, Anthony, supongo–. Soltó una carcajada ronca y Calista se fundió lenta y secretamente con su vestido. Cogió un pequeño trozo de queso y se lo metió en la boca con tanta elegancia.

Una rebanada de queso.

–Planeó en secreto convertirme en una solterona, ¿sabes? Solo para enfadarlo de verdad. Sé que eventualmente me comprarán a algún caballero, mi hermano tenía los ojos puestos en Arthur Ramsey, supongo que eventualmente tendré que casarme con él–. Se encogió de hombros, no estaba tan preocupada pero sería terca toda la temporada hasta que la obligarán. Ella nunca caería sin una maldita buena pelea.

–Hubiera pensado que estarías feliz por un matrimonio, ¿no?–, susurró Simon, sin entender a la mujer frente a él. Estaba confundido, queriendo saber más. Para él, ella era un acertijo complejo, uno que él no sabía. seguro que quería ser resuelto. La mayoría de las mujeres lo estarían adulando, haciéndolo bailar con ellas, pero no Calista. ¿Se atrevería a pensar que a ella no le gustaba ni él ni su posición? atención y, sin embargo, parecía estar acercándose a la señorita Bridgerton.

Fue un sentimiento extraño.

–Le prometí a mi padre que cuidaría de Daphne, que no la dejaría pasar sola por la sociedad. Por eso estoy presente en todos los actos sociales y no en el campo que tanto he amado. Las cosas pasan, las cosas cambian. Pensarías que estaría aprovechando tu oportunidad de casarme con Arthur, pero aquí estoy, hablando contigo y ignorándolo desesperadamente–. Se rió con delicadeza, no podía creerse que había convertido a Arthur en meses de luto su relación había sido un éxito. Ella no necesitaba amor, el amor no la necesitaba a ella, pensaba en los hombres como un deseo pero nunca una necesidad, quería sus cuerpos, no sus almas.

CALISTA - TRADUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora