CALISTA - TRADUCCIÓN

THIRTY TWO

CAPÍTULO TREINTA Y DOS - EL PEOR MOMENTO ESTA POR VENIR

Se paró afuera del edificio donde sabía que él estaba, su hermano le había informado que lo había dejado la otra noche, hacía dos noches y todavía no había regresado a casa. Por supuesto que estaría en la casa de su amigo, ella sabía que él se escondería allí para evitar a la mujer con la que se casó. Decir que Calista Bridgerton estaba enojada sería quedarse corto, estaba ofendida y enfurecida por su actitud. Estaba vestida con su mejor atuendo mientras salía a tomar el té de la tarde con su maravilloso gemelo, quien aparentemente tenía algunas noticias para compartir. Decidió que era mejor si se reunía con él en el pequeño y elegante café después de decirle a Simon lo que pensaba.

Había preguntado por dónde vivía Will Murdoch y había encontrado su piso, su mujer le había abierto la puerta con una sonrisa en el rostro hasta que fue testigo de la mirada angustiada marcada de forma permanente en el rostro de Calista.

–¿Dónde está él?– Ella había preguntado cortésmente. Su esposa había respondido amablemente con su paradero, le había dado las gracias a la hermosa mujer mientras se dirigía al ring de boxeo, sintiéndose incómoda al no saber qué había estado haciendo su esposo durante dos noches. No estaba segura de qué sentir, su estómago se sentía inquieto con las muchas posibilidades que podía enfrentar.

Había entrado al edificio pintado de blanco, con la cabeza en alto como de costumbre para no mostrar ninguna emoción cuando lo encontró sin camisa, boxeando con Will. Amamantando una resaca de dos días del infierno.

–Su excelencia–. Will se detuvo tan pronto como vio a la esposa de Simon acercarse al anillo con los labios fruncidos y Simon finalmente notó su presencia. Se veía absolutamente delicioso, pero ahora no era el momento de presionar sus muslos juntos, ella estaba demasiado poco impresionada para excitarse al ver el sudor resplandeciendo en su torso causado por una mezcla de calor y cardio. Sin embargo, dicho esto, él era su esposo después de todo.

–Tu hermano parloteó entonces–. Dijo, limpiándose la frente sudorosa con una toalla mientras se apoyaba contra el interior del ring de boxeo. Completamente imperturbable con el hecho de que su esposa lo encontrara, quería más tiempo para pensar las cosas, pero su madurez se fue por la ventana tan pronto como la vio.

–Sí, balbuceó mi hermano. Te vas a casa, ahora–. Ella simplemente informó, con un sentido de autoridad en su tono, mientras giraba sobre sus talones para salir del edificio. No era su lugar mandar a su esposo como si era un niño de cuatro años pero ella lo hizo de todos modos.

–No solo estás tratando de controlar nuestro futuro, sino que también me controlas a mí. Muy elegante, Calista.

Ella se detuvo en seco, los hombros se tensaron y la mandíbula se apretó ante sus estúpidas palabras, –¿cómo te atreves?

–Disculpe. Muy elegante, Su excelencia– Se corrigió sarcásticamente, lo que hizo que Will se congelara, consciente de la discusión que pronto se desarrollaría frente a él. Se dio la vuelta, notando que su esposo se acercaba a ella, con una camisa burdeos pegada a su cuerpo para ocultar los músculos.

–Simon, por el amor de Dios. Actúa según tu edad. Somos adultos, deberíamos poder tener una conversación madura sobre niños, tú querías tu espacio, lo has tenido. Ahora, me voy a ir antes. Digo algo de lo que me arrepiento. Colin y yo estaremos tomando el té de la tarde y cuando regresemos, me iré a casa, contigo o sin ti–. Dijo con descaro, sacudiendo su cabello sobre su hombro.

–Te vas a casar– Se atragantó con su copa de vino, temerosa de haber oído bien a su hermano gemelo. Ella nunca supo que sus bailes coquetos con la señorita Thomson fueran serios, él nunca le había dicho que lo fueran.

–Realmente la amo, ella me ama a mí– Colin sonrió encantado al pensar en Marina, estaba realmente hechizado. De la manera más amable posible, Calista había tratado de razonar con él.

–Bueno, si yo fuera tú, dejaría que las dos familias se unieran, solo puedo decir que mamá estará absolutamente indignada de que yo sea la primera en saberlo.

–Si te digo algo, debes guardarlo para ti–. rogó Colin. Ella lo había instado a revelar los secretos.

–Está embarazada del hijo de otro hombre, pero acepto toda la responsabilidad como si el niño fuera mío.

–Oh, por el amor de Dios.

A/N

Creo que este es el capítulo más corto que he escrito. Este es un relleno, además me encantó la idea de Colin y Marina juntos así que demándame.