Daddy Issues

K y Ko

Aspiró, exhaló; tragó y pensó; mordió sus labios, parpadeó. No era capaz de ver hacia abajo, tenía miedo, se lamentaba por sentirse así. El niño lloraba en sus brazos, sabía que era un niño porque las enfermeras se lo habían dicho, aunque si al final resultaba que no lo era no le molestaría, en realidad no creía que hubiese algo que le molestase de aquel ser que acababa de nacer.

Por fin agachó la cabeza, su mano tembló acercandola al pequeñito que mantenía los ojos cerrados. "—Vamos...—" Tocó la suave piel, era moreno, eso le alegró... ¡Tenía el cabello negro! eso derritió su corazón. "—No llores.—" Comenzó a mecerlo por instinto, era el bebé de Gon, tan parecido a él físicamente. "—Estamos aquí.—" Buscó su mano, el reflejo del niño hizo que su dedo se viera envuelto en un fuerte agarre, fue entonces que un adulto Killua Zoldyck sostuvo la respiración.

El pequeño abrió los ojos, unos tiernos ojitos de un ser delicado, unos ojos que pudo reconocer al instante porque, demonios, eran sus rasgos. Cayó en cuenta, ese bebé también era suyo, era su hijo, hijo que se parecía a Gon, pero que demostraba algo suyo. No era albino, mierda, no era albino. "—Y—Yo estoy...—" Sus labios se apretaron, la voz murió, se echó a llorar. No sabía porque, solo sucedió. Fue en silencio. "—Konta...—" Lo abrazó, estaba feliz.

Sí, definitivamente lloraba de felicidad.

Las enfermeras lo miraron, algunas enternecidas, otras riendo por el pánico que el joven padre había demostrado. Gon mantenía los ojos cerrados, cansado de la laboriosa labor de parto, que redundancia, afirmando en su mente que ese niño sería el primero y último; mas cuando escuchó el llanto de su esposo se volvió preocupado. "—Es muy lindo.—" Fue todo lo que oyó, eso lo hizo calmarse. "—Gra—gracias.—" No le respondió, simplemente sonrió con dulzura. El que Killua actuara tan feliz de la llegada de ese ser lo hizo calmarse.

Cierto, su hijo no era un bastardo, no como él, sin embargo la paternidad de Gon con su pequeño no es algo que nos interese ahora, estamos aquí por Killua.

"—¿Estás bien?—" Preguntó el moreno sentándose a los pies de la cama. "—Ya está dormido, puedes dejarlo en la cama sin problemas.—" Se encontraban aún en isla ballena, preparándose para partir al día siguiente. De vuelta a la turbulenta ciudad donde ambos seguirían con su vida.

"—Lo sé, solo quiero cargarlo un poco más.—" Se sinceró mirando al bebé en sus brazos. "—Es tan bonito... Parece un muñeco, uno como esos que tenía mi hermana en su cuarto cuando éramos niños.—" Lo apretó con delicadeza. "—Pero él está vivo, es calentito...—"

"—Realmente amas ser papá, ¿verdad? Es lindo.—" Rió bajito. "—Y yo que creí que tal vez reaccionarías diferente, nos cuidamos siempre y de la nada un pequeño error.—" Rascó su nuca, nunca le confesaría que quiso abortarlo, menos ante el entusiasmo que veía en el Zoldyck de solo cargar al bebé.

"—Cuando ayudé a armar mi última exposición en aquella galería extraña siempre pasaba por una escuela primaria.—" Siguió mimando al bebé con ligeras caricias en su cabeza. "—Siempre a la hora de salida, por lo que el tráfico era terrible...—"

"—Una mierda.—" Dijo por inercia ganando una mirada de regaño.

"—Gon...—"

"—Ya sé, ya sé, nada de malas palabras frente al bebé; pero extraño cuando maldecias por todo.—" Se acercó a gatas hasta quedar a su lado, dejando su cabeza recargada en su hombro, observando a su hijo que por fin se había dormido después de comer con libertad. "—Continúa por favor. Perdón por interrumpir.—"

"—No hay mucho que contar, solo era ver como los niños salían, jugaban, unos lloraban... Ja, solo veía y pensaba un poco.—" Cerró los ojos. "—En mi infancia, ya sabes.—" Recibió un beso en su mejilla. "—Las caricaturas y películas eran divertidas, pero no lo eran cuando te mostraban familias felices que tú crees falsas, incluso las disfuncionales en varias ocasiones eran más atractivas que la mía. Me preguntaba si podían existir, mejor dicho, ¿por qué yo no tenía una? No sé, toda esa presión extraña que hubo... Siempre pensé que si tenía una familia no quería que fuera como la mía, no sé, quería algo diferente.—"