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Michael, o mejor dicho, Bad Kitten, como todos allí lo conocían, se paseaba por aquel sucio club clandestino a las afueras de la ciudad.

Llevaba su antifaz negro, que cubría la mitad de su rostro y lencería fina bajo una linda falda color violeta oscuro y un top negro tapando su torso.

Amaba y odiaba al mismo tiempo ese lugar.

Allí podía acostarse con mil tipos sin que nadie lo reconociera y además, su jefe -y dueño- sentía una gran preferencia por él, por lo que podía cortar cabezas sin que nadie le dijera una palabra.

Maltratar tipos, cortar dedos, lenguas, -y otros miembros-. Eso era lo que hacía. Y le gustaba.

Salvo a su jefe, Josh. A quien amaba profundamente.

Él lo había sacado de su antiguo hogar y había matado a su padre, un abusivo señor homofóbico.

Así que ahora vivía ahí y se encargaba de atender a algunos de los clientes.

Pero él no era otra puta barata de aquel club.

Era él quien elegía con quién follar.

Y si no le gustaba podía simplemente cortarle el miembro.

No muchos lograban complacerlo.

Josh jamás lo había tocado de otra manera que no fuera maternal. Por eso era parte la única familia que consideraba que tenía.

Todos lo querían para follarlo una vez y luego desecharlo. Al igual que su padre.

Por eso prefería ser él quien los use.

Iba moviendo sus caderas de un lado al otro mientras pasaba una de sus manos por las mesas analizando a cada tipo allí sentado que lo mira con lujuria.

Él ya estaba acostumbrado a esas miradas.

Vió a Calvin pasar por su lado y lo saludó.

Hacía minutos atrás lo había intentado con un tipo bajo y algo mayor. Pero el muy sucio y arrogante quiso pasarse y tomarlo por la cintura posesivamente.

Y Michael no era de nadie.

Así que hizo lo mismo que siempre.

Tomó su dedo, justo ese con el que lo había tocado, y lo dejó sobre la mesa para luego tomar la navaja que llevaba en su muslo -regalo de Josh por navidad- la cual llevaba su apodo escrito en ella, y de manera lenta y dolorosa le cortó el dedo índice arrojándolo a un viejo basurero del cual más tarde el hombre tomó.

Rutina. Así lo llamaba.

Calvin le asintió con la cabeza y Michael sonrió satisfecho.

Siguió caminando cuando vió un grupo de adolescentes sentados en una de las mesas a unos metros de él.

Todos aparentaban tener uno o dos años más que su edad.

Algunos, a los 16 años están jugando con sus consolas o mirando contenido no apto para menores. Otros..., Otros cortan dedos y conquistan hombres mayores.

Creo que no hace falta decir en qué categoría se encuentra Michael.

Los vió con curiosidad. Nadie menor de 40 años pisaba ese lugar.

Se comportaban extraño para él.

Se reían con escándalo, bebían sin parar y parecían divertirse de verdad.

Le dolió un poco el pecho.

El anhelaba tener algo así.

Sus únicos amigos allí, eran Calvin, el guardaespaldas personal de Josh y Rosé Marie, la hermana mayor de Josh. Una señora bastante mayor que iba al bar a fumar y vestirse como vedette de su época, y su marido, Thomas.

Bad Kitten//Muke ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora