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Cuatro días pasaron hasta que Luke volvió a ese bar.

Esta vez iba con menos personas que la vez pasada.

Su mejor amiga, Luna, había intentado besarlo estando borrachos y desde entonces lo estaba evitando un poco, especialmente después de que básicamente saliera corriendo detrás de un total desconocido.

Y por consecuencia su amiga Mari tampoco venía pues prefería estar con su amiga. Y lo entendía.

Aunque no quería que su grupo de amigos se dividiera tampoco quería presionarla pues había sido un total rechazo frente a todos sus amigos.

Ahora tan solo estaba con sus otros tres amigos a los que les había costado demasiado convencerlos de volver allí sin que preguntaran por qué.

Sin embargo allí estaban.

Luke tan solo había tomado una cerveza mientras que sus acompañantes llevaban un rato bebiendo cualquier cosa que les pusieran en frente.

Miraba hacia todos lados, lo estaba buscando. Quería volver a verlo.

Todavía no tenía claro que se supone que tenía que hacer.

¿Que haría feliz a alguien como él?

¿Las flores serían mucho? ¿O tal vez poco?

En cierto momento se paró sin decir nada dejando a sus amigos riendo divertidos sin notar mucho su ausencia.

Caminó hacia la salida trasera.

Allí salió y respiró profundo mientras miraba hacia el descampado que se encontraba en frente suyo.

La única luz que le permitía ver algo era una vieja farola que parecía que iba a caerse en cualquier momento.

Había un poco de viento y el llevaba una chaqueta encima.

Entonces notó dos presencias a su lado.

Giró su rostro y vió a la misma persona que esperaba ver desde hacía cuatro días... Besando a otro chico, que aparentaba tener la edad de Luke.

Se quedó tan solo viéndolos unos segundos.

No sabía definir cómo se sentía. Sabía que Bad Kitten debía besar a otras personas, seguramente ya había besado a más de diez personas, pero pensó que quizá lo estaría esperando...

Se le estrujó un poco el corazón al igual que las flores que llevaba en la mano.

Entonces el menor de todos notó que había alguien más allí, y en realidad estaba acostumbrado a que hubieran más personas, pero esta parecía no dejar de mirarlos.

Separó sus labios de los del chico que había conocido hacía 20 minutos y se alejó un poco de su cuerpo.

Giró hacia el rubio y la expresión en su rostro le hizo sentir mal por un momento.

«¿Pero qué diablos?»

Pensó. Nunca se había sentido mal por alguien.

Bajó su vista y vio un ramo en su mano.

Su expresión se suavizó un momento pero al segundo puso una sonrisa maliciosa.

Volvió su rostro al chico que había estado besando.

-Cariño, vete. Quizá en otro momento te llame.

El chico sonrió, contento por sus palabras y entró por la misma puerta por la que Luke había salido.

El rubio miraba todo atento sin decir una palabra. Otra vez no sabía que decir.

Michael en cambio se acercó a él unos pasos y sonrió coqueto. Ests vez no llevaba nada cubriendo su rostro.

-Papi, veo que no te has olvidado de mí. Admito que me hizo sentir un poco mal que no volvieras a buscarme. -Hizo un falso puchero y Luke no pudo despegar sus ojos de él.

Pero entonces tosió algo incómodo y miró hacia otro lado.

El menor pareció sorprendido por esa acción.

¿De verdad había esperado que no estuviera con otras personas? ¿De verdad pensó que lo esperaría?

Y en parte tiene que admitir que al día siguiente de su primer encuentro, se puso su mejor lencería y esperó ansioso por el rubio.

El segundo día tampoco quiso acostarse con nadie ni besar a ningún otro hombre.

Y al tercero decidió que el rubio no volvería por él.

Así que se acostó con un hombre y luego se besó con otro más tarde.

Al ver que el rubio no respondía volvió a bajar la vista al ramo.

-Sabes, no creo que unas flores sean suficientes conmigo. No es la primera vez y no eres el único hombre que me ha regalado rosas.

Y entonces Luke lo miró por primera vez en la noche. Sus ojos se encontraron y Michael se sintió un poco pequeño ante su mirada.

-Yo... No traje rosas, no me gustan... Pero pensé... que quizá los tulipanes... quedarían mejor contigo.

Y alzó el ramo dejando ver unas hermosas flores que Michael nunca había visto en su vida.

¿Había pensado realmente en él al comprar aquellas plantas?

-Yo, eh, mi mamá tiene una florería... Así que sé un poco de esto. Yo creo... Bueno, creo que cada persona tiene una flor especial que se asemeja a su propia alma.

Michael lo miró realmente sorprendido y cautivado. Nadie nunca le había dicho o hecho algo tan hermoso para él.

Ahora él enmudeció. No sabía que responder y el rubio se ponía cada vez más nervioso.

Entonces se acercó lentamente hacia el rostro contrario y esta vez pudo notar que sus ojos eran azules.

Tomó una de sus mejillas y la acarició unos segundos mientras no podían evitar mirarse a los ojos.

Hemmings le dió las flores sin despegar sus miradas y el contrario sonrió un poco.

El menor se acercó más todavía y rozó sus labios unos segundos. Los apoyó tan levemente.

Era un pequeño beso. Quizá ni siquiera contaba como uno, pero Luke estaba satisfecho cuando se separaron.

-Gracias.

Y luego Bad Kitten se dió vuelta, entró al lugar nuevamente por la puerta trasera y dejó al rubio pensando en lo que acababa de pasar...

Bad Kitten//Muke ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora