𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆★2𝑦𝑒𝑜𝑛

Tú, yo y el futuro

Estar con ella se sentía tan bien como respirar, como si hubiera esperado toda mi vida para estar con ella, que todo fuera apenas para llegar a este momento con Jeongyeon.

Me sentía como alguien que estuvo corriendo arduamente durante mucho tiempo para finalmente llegar a su premio soñado, eso era lo que estaba viviendo, era como si en el fondo lo supiera, en el fondo de mi ser que todo lo que pasó me llevaría hasta aquí de alguna forma.

Nada, ni el pasado y el presente importaba. Solo yo y ella.

Jeongyeon se acostó sobre mí, nuestros cuerpos desnudos uno con el otro, piernas entrelazadas, sus brazos recorriendo todo mi cuerpo mientras nuestras lenguas se mezclaban en un beso sensual.

Ella se coloca encima de mí, colocando una pierna entre la mía, mientras besaba con fervor mi cuello, haciéndome suspirar y hacer la cabeza hacia atrás, colocando mis dedos entre sus cabellos cortos.

- Jeong... - Suspiro, mientras ella me deja un camino de besos hasta uno de mis dos senos.

Ella posa una mano en mi trasero apretandolo, mientras chupa y pasa la lengua por mi seno izquierdo, asiendo gemir, estaba literalmente en sus manos y no quería ni alejarme un poco de ella.

Jeongyeon baja un poco, besando mi abdomen y abriendo mis piernas, besando mi entrepierna, haciendome nuevamente suspirar y llenarme de desesperación, cuando ella pasa apenas su lengua levemente.

- Dios! Que bien sabes Nayeon.

Es la última cosa que ella dice, cuando comienza a estimular mi clitoris con su lengua, para después chuparlo y pasar la lengua nuevamente, haciéndome enloquecer y arquear la espalda, agarrandola del cabello, necesitaba más.

Una de sus manos segura mi muslo, arañandola levemente, mientras que la otra se une a su boca con el único propósito de hacerme gemir.

Ella empuja un dedo dentro, haciendo movimientos adentro y afuera, mientras que su lengua sigue en mi clitoris, haciéndome tener muchas sensaciones de placer al mismo tiempo.
Comienzo a moverme para intensificar el estímulo.

Pronto no consigo contenerme más y comienzo a gemir más fuerte, mientras me froto en sus dedos y su lengua, pero ella va parando un poco hasta subir nuevamente, dejándome jadear cuando sus labios besan los míos, con mi gusto en su boca.

Mientras nos besamos dejo que mis manos recorran su cuerpo, hasta que paran en su trasero para apretar sus nalgas, ella muerde mi labio.

- Siéntate en mi cara Nayeon.

Sin pensarlo dos veces, invertí nuestras posiciones, quedando encima de ella besándola nuevamente. Después paró para acomodarme, volocando mis piernas entre su cuerpo, yendo arrodillada hasta su rostro y sentándome en su boca.

Ella coloca su lengua dentro de mi vagina mientras yo me froto, apoyándome en la cabecera de la cama, Jeongyeon coloca una de sus manos en mi pierna, apretando fuertemente y guiandome para que nuestro movimientos estén sincronizados.
Con la mente enfocada en las sensaciones que estaba sintiendo, no paraba de gemir, incluso muy alto.

Coloco mi manos sobre mi mano para tratar de ahogar el sonido, mientras con la otra me sostengo de la cabecera.

- Nayeon, gime para mí te quiero oír. - Jeongyeon para para decir eso y continua nuevamente.

Quito la mano de mi boca, para por lo menos intentar decir algo. - Más... ah.

No consigo formar palabras, solo sentir. Porque diablos, como disfrutaba esto.

Escucho un gemido contenido de Jeongyeon viniendo de abajo, ella continuaba apretando mí muslo, mientras que con la otra mano probablemente se masturbaba.

Eso me dejó más excitada, entonces intenté girar mi rostro para confirmar mis pensamientos que tenía y vi que estaba en lo cierto.

Caramba estaba explotando de excitación.

Vuelvo a menearme con más excitación en el rostro de ella, hasta que siento que mis piernas tiemblan, me dejo llevar por el orgasmo dejando un gemido salir cuando bajo la cabeza y aprieto el respaldo con mis últimas fuerzas restantes.

Cuando me alejo de su rostro, temblando y tambaleándome a un lado, escucho un gemido ronco, Jeongyeon también había llegado a su punto.

La única cosa que consigo hacer es arrastrarme para a un lado de la cama y ver al techo jadeando y riendo.

Ella también ríe.

- Ay, carajo. - Digo sintiéndome en las nubes.

Me volteo hacia ella, viendo sus ojos entrecerrados y un mechón corto de su cabello desordenado, sobre ellos.

- Por qué te encontré aquí? - Pregunto, pensando alto.

- Cómo aquí?

Acabo sonriendo, ella no entendería.

- Porque eres la mujer de mi vida.

Eso salió como si fuera la cosa más natural del mundo, como si no la conociera apenas hace un mes y medio y como si no hubiera sido nuestra primera vez juntas.

Porque para mí, no parecía la primera vez. Eso era una locura.

Ella no pareció asustada con mi confesión, al contrario parecía feliz y sus ojos estaban brillando.

- Es extraño decir que te extrañaba?

- Creo que a estas alturas nada puede ser extraño. - Respondo, pasando mi mano sobre su rostro suave y hermoso. - Pero estoy de acuerdo contigo, no parece algo nuevo. Nosotras dos.

- Si, no quiero que te vayas ahora.

- Me quedaré si tú quieres. - Respondo, sin la mínima intención de irme.

La abrazo, sintiendo el olor de su piel. Que para mí es lo mejor de mundo. Ella me envuelve calidamente entre sus brazos y así nos quedamos por tanto tiempo en silencio, hasta que terminamos dormidas.

⏰️⏰️⏰️

Desperté al día siguiente con la cama vacía, miro hacia a un lado y la veo.

Jeongyeon en bragas y camiseta blanca en la ventana fumando. Miro alrededor en busca de una prenda para ponerme y encuentro una playera negra de alguna banda de rock que no recuerdo.

Voy hasta la ventana y la abrazo por detrás, apoyando mi barbilla en su hombro.

- Buenos días. - Ella dice, mientras quedo en silencio viendo la calle.

- Buenos días. - Respondo frunciendo la frente cuando ella suelta el humo del cigarro, no me gustan los cigarros.

- Si quieres voy al mercado a comprar alguna cosa, lo siento pero no soy mucho de cocinar. - Ella dice volteando, dejando la mano que estaba con el cigarrillo fuera de la ventana.

- Está bien. - Respondo, sentándome en la cama y observando el cuarto, que tenía muchos posters y otras cosas de Ladys crown, una mesita a lado de la cama y una silla con mucha ropa por encima.

Sobre la mesa estaban un cuaderno, un bolígrafo y obvio, un cenicero. También una cámara fotográfica muy antigua.

Me levanto hacia ella, tomando el objeto en mis manos. - Te gusta la fotografía?

- No. Me la regalaron en un cumpleaños y debo haberla usado apenas una vez o dos. Puedes quedarte con ella si quieres. - Ella responde sacando otro cigarrillo y yo le tomo una foto.

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La verdad no me dio tiempo de revisarlo he estado super ocupada,así que espero no esté tan mal.
Gracias a todos por leer :)