Capítulo 5

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¿¡COMO QUE LA BODA ES EN DOS DÍAS?! No, no puede ser, en dos días me voy a casar. Me voy a casar con un chico que no conozco, voy a tener que irme de aquí, de mi querida Habana, para ir a Florida. Donde dentro de unos años seré la esposa del gobernador, la que tendrá que sonreír siempre, tendré que tener hijos, me separarán de la gente que quiero... Todo eso en 2 días.

-Papa, no me puedes hacer esto- le miro con lágrimas en los ojos, no quiero llorar, quiero que vea lo fuerte que soy.- no puedes...- Lo último lo digo en un susurro.

-Katherine esta boda está planeada des de hace ya un año- me dice, mi cara creo que pasa de la sorpresa a la rabia en un segundo.

-¡ERES UN EGOÍSTA! MAL PADRE! SEGURO QUE SI MAMA ESTUVIERA AQUÍ NO ME HARÍAS ESTO!!- he explotado, se ha pasado.

- NO ME HABLES ASÍ!! Soy tu padre, te he dado lo mejor de lo mejor, he cuidado de ti, te he dado una buena educación...- Lo interrumpo.

-Lo mismo digo, soy tu hija deberías al menos haberme comentado que me ibas a casar con quién a ti te diera la gana...-¡PLAF!

Me ha dado una ostia en la cara, no muy fuerte pero me ha sorprendido, nunca, jamás lo habías hecho. Me ha callado pegandome. Lo miro sorprendida él me mira también sorprendido. Me levanto de la silla en la que estaba sentada y salgo corriendo del gabinete. No sé a donde me dirijo, no veo con las lágrimas en mis ojos y con la mano cogiéndome la cara, sigo corriendo hasta salir al jardín, veo que no hay ningún jardinero al rededor de los árboles, así que me intento subir a uno de ellos pero no puedo por culpa del vestido, así que me dirijo al establo para ver a Flecha, cuidarla me da paz. Pero hoy estoy tan agitada que ni mi pobre Flecha consigue calmarme.

Entro en palacio directa hacia mi habitación en cuando llego a la puerta veo que hay dos guardias.

-¿Que hacen aquí? - les pregunto.

-Evitar que usted se escape, señorita Katherine.- me contesta uno de los dos soldados que hay.

-¿Os ha enviado mi padre?

-No, su hermano, dice que seguramente usted intentará hacer una locura con tal de no casarse.- que bien me conoce...

-No hace falta que esten aquí se pueden marchar.

-Lo siento señorita Katherine, pero solo obedecemos las órdenes de su padre o de su hermano.

Miro desafiante al soldado, pero luego pienso que él no tiene la culpa y entro a mí habitación.

No sé qué hacer llevo horas paseandome por mi habitación, intento pensar un plan para escapar, o al menos no tener que casarme. Me asomo por enésima vez al balcón y veo a John, Finnick y a Peter practicando con la espada, lo que daría por estar ahí con ellos... Y sin pensarlo cojo y me cambio de ropa. Si mi padre me va a quitar la libertad aprovecharé todo el tiempo posible.

Me pongo mis pantalones, botas, camisa y chaleco de cuero y me dispongo a salir por el balcón, ya que si me ven los guardias así vestida avisarán a mí padre. Me cuelgo del balcón pero hay 6 metros hasta llegar al suelo, si caigo mal puedo llegar a romperme algo, observo que hay una rama justo debajo de mi balcón así que me cuelgo de ella y voy bajando con ayuda de las ramas. Al llegar al suelo voy hasta donde están los chicos luchando.

-¿Katherine que haces así vestida? - me pregunta Peter, no debe de estar muy acostumbrado a ver a chicas vestidas como un chico.

-Pues...quiero practicar con la espada y con los vestidos pomposos no se puede.

-Katherine...-susurra John.

-Katherine la ropa de hombre te queda mejor que la de mujer- se carcajea Finnick, John y Peter lo miran con mala cara.

Mi corazón robado por un pirataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora