Me voy despertando, abro los ojos y veo que estoy en una habitación grande, iluminada con lámparas de aceite y lámparas, todas las paredes están decoradas con telares con dibujos de paisajes. Hay una gran mesa delante de un ventanal donde se puede contemplar la ciudad por lo que parece, hay una puerta de doble hoja.
Intento recolocarme pero me doy cuenta de que estoy atada al cabezal de una cama, miro para abajo y veo que conservo el corsé y la falda pero no noto la liga con la daga y tampoco llevo zapatos, me los han quitado.
Al cabo de un rato oigo voces detrás de la puerta, pero no consigo entender la conversación, se oye el ruido de unas llaves y luego la puerta se abre. Entra un hombre rubio, con el pelo muy corto, con ojos azules, no son como los de Eric, estos son fríos como el hielo, es alto, muy alto, y muchísimo más musculado que Eric o que Cuatro. Lleva una camisa oscura, de cuello maho, unos pantalones negros bombachos metidos por las botas, en su cuello puedo ver un poco de un tatuaje. Él me observa fijamente, me está analizando igual que yo a él. Sonríe, no me gusta su sonrisa.
- Veo que es verdad- es la voz del hombre que grito a mí madre.
-No sé qué es verdad, pero sueltame.
Se acerca a mi y me sube la barbilla con su dedo índice.
- Preciosa, nadie me asegura que no te vayas a escapar, además, eres mía, o pronto lo serás.
Estoy intentando recordar su nombre para a ver si al decirlo se queda parado pero no me acuerdo.
-¿ Donde estamos?- le pregunto moviendo la cabeza para que me quite sus manos de encima.
- En mi habitación, y estás a merced de mi.
Se separa de mi y se quita la camisa, puedo ver que el tatuaje le cubre el hombro izquierdo y parte del pectoral izquierdo, parece que es un dragón de color rojo, debajo , en el costillar hay unas letras creo que chinas.
- ¿ Admirando las vistas señorita Everdeen?
Mierda, ¿ como sabe mi nombre? Es verdad, conoce a mi madre.
- Simplemente miraba su tatuaje.
Él se vuelve ha acercar a mí, estoy sentada con las piernas recogidas, él me coge por los tobillos y tira de mi para estirarme, me intenta levantar la falda, pero le pego una patada intentando protegerme.
- Vaya señorita veo que tiene carácter. Me han dicho que llevaba armas encima, que me estaba espiando y encima estaba con un hombre. No me gusta compartir.
- No soy nada suyo, no soy de nadie.- le espeto.
-Serás mía.- me gruñe.
Pasa una pierna por encima de mis piernas, me está inmovilizando, me coge la mandíbula con su mano, con la otra se apoya en la cama, se agacha y se abalanza sobre mis labios, me besa con fuerza, intenta meterme la lengua pero yo hago fuerza y le muerdo el labio hasta que sangra, él en ese momento se separa, se toca el labio con la mano y al ver un poco de sangre en su mano sonríe.
- Veo que nos lo pasaremos muy bien. Ahora vendrán a ayudarte para que te cambies, tienes que estar radiante....
-¿Para qué?
- ¿ Sabes cuanto llevas dormida?- me pregunta.
-No- murmuró.
- Llevas des de ayer por la noche. He enviado una misiva para que venga tu madre y el capitán de tu barco, el capitán Abernathy y su pupilo, como se llamaba.... Ah si, Eric Mellark. Vendrán con el resto de capitanes de los barcos que hay atracados en el puerto. Como serás mi futura mujer te tengo que presentar como la regente y para que sepan que eres mía.No puedo hablar, me escapo de mi padre para evitar que me casen con un hombre despiadado y ahora me secuestra un hombre que es peor y que me quiere obligar.
Él sale de la habitación, pero deja la camisa a los pies de la cama. Al momento entran dos chicas con la cabeza gacha, en sus manos traen ropa, detrás de ellas vienen unos chicos, todao ellos uniformados con ropa oscura de terciopelo, que traen una bañera llena de agua. Los chicos salen y se quedan solo las dos chicas, oigo como cierran la puerta con llave. Una de las chicas, que es bajita y pelirroja, me desata las cuerdas de las muñecas. Madre mía que gusto , me tocó las muñecas, las tengo doloridas pero sorprendentemente no tengo marcas, ni rasguños. La otra chica, que es morena, está echando unos aceites en la bañera, la peliroja me empieza a desvestir, acaba muy rápido, me sorprende, porque ni Annie lo hacía tan rápido y eso que ella era una experta en esto. Me ayudan a meterme en la bañera, esta calentita, y huele a vainilla, la peliroja me empieza a enjabonar el pelo y la morena el cuerpo,huelo a jazmín. Cuando me aclaran me secan, la verdad es que me da un poco de vergüenza que me laven, sequen y que me vistan ellas, pero ya he intentado hacerlo yo y se han puesto como locas, luego me ponen una bata de seda blanca mientras ellas preparan lo que me van a poner. Lo que preparan es un vestido negro y rojo, el corsé es con escote corazón que está decorado con un encaje negro precioso,los cierres están en la espalda, El resto del corsé es rojo pasión, la falda es de una tela negra pero que brilla, el vestido no pesa casi nada. Me recogen la mitad del pelo, dejando que caiga mi pelo con ondas naturales, me ponen un collar de oro con rubíes y unos pendientes largos a conjunto, luego unos zapatos negros de tacón. Luego me pintan los ojos, me marcan los ojos de gata y me pintan un poco los labios. Me ponen un perfume que huele a jazmín, veo que al hombre dragón le gusta el jazmín.
Pican a la puerta y entra un chico joven, lleva un uniforme de alto cargo, debe ser o un general o un capitán. Es moreno, con barba de pocos días, ojos verdes y tez morena.
- General Collins- se presenta, yo tenía razón es un general- la esperan para cenar.
Me señala la puerta y me hace pasar delante de él. Caminamos por un pasillo lleno de muebles, retablos y jarrones, parece que el hombre de antes es muy rico. Bajamos unas escaleras, sin como las de un palacio, son como las de la casa de mi padre en L'Habana, son de estilo colonial, bajamos hasta un salón enorme donde hay diferentes puertas.
- Esperese aquí señorita Everdeen. Michael, John, vigilarla.
Se acercan dos soldados, sus uniformes también son oscuros, solo su camisa lleva bordado un dibujo, me fijo mejor y es el dragón del tatuaje del hombre que vino a mí habitación.
Veo como se abren las puertas de enfrente y entra el general Collins, se cierran de inmediato. Yo miro a los soldados, están serios, pero los dos me miran de reojo, no sé si porque me vigilan o por las ropas que llevo, creo que por lo segundo.
Al cabo de un rato se vuelven a abrir las puertas y entra otra vez el general.
-Señorita- me coge de la mano y me lleva a la puerta- comoportese en la cena o me veré obligado a llevarla a una celda, no hable si Khalan no se lo ordena....
-¿ Quién es Khalan?- pregunto yo.
- Su futuro marido.
- No- digo rotunda.
- Señorita- me dice entre dientes- usted hará lo que se le ordene, si no se comporta lo mejor que le puede pasar es que yo la encierre en una celda. ¿ Está claro?
No contesto.
- ¿ Está claro? - me repite.
-Si.
- Pues entre.Entro en la sala no miro a nadie ya que me encuentro a Khalan en la puerta esperándome con una sonrisa. Se ha cambiado de ropa, sigue siendo oscura pero es un traje de gala. Me coge de la mano y me lleva hasta la mesa principal. En el salón veo que hay tres mesas, dispuestas en forma de u, el me sienta en la mesa al lado suyo.
- Ya pueden pasar los invitados- dice en un tono brusco- ahora veremos que tal te comportas.- me sonríe y vuelve a mirar hacia la puerta.
Empieza a entrar gente, deben de ser gente importante de la ciudad, de repente me parece distinguir a Elvira entre toda la multitud, veo una cabellera rubia que parece ser Andrew, veo a Cuatro entrar con Eric, tiene la mandíbula tensa, está preocupado y muy cabreado, pero veo que no mira hacia aquí. La gente empieza a sentarse cada uno en su lugar, nadie ha mirado hacia aquí.
-Capitanes, comerciantes y caballeros- la gente gira la cabeza para mirarnos- les quiero presentar a mí futura esposa- ninguno de mis amigos miran hacia aquí, Khalan me obliga a levantarme, me mira sonríe con malicia- la señorita Katherine Everdeen.
Veo como mis amigos giran la cara de golpe y como Eric se levanta de su silla de golpe, tiene los puños apretados, y su mirada a pasado de ser de preocupación a ser una mirada asesina.
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Mi corazón robado por un pirata
Fiksi PenggemarKatherine Everdeen es la hija del Gobernador de L'Habana. Educada para ser una dama, pero ella no es así. Ella aprendió a utilizar las armas, a pelear... Por sus venas corre sangre de una luchadora. Siempre condenada a tener que obedecer a su padre...