Capítulo 28

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Jamás mi salud mental había estado en un constante sube y baja, tenía altibajos pero nunca había cruzado el límite de la manera en que este año lo hice, mi vida ya no es mía sino de los demás, cada decisión que la gente de mi entorno toma me afecta de alguna manera y siempre impacta en mi.

La verdad era que ya me estaba cansando, cansando de todo y nada a la vez. Desde aquel día donde un ataque de ansiedad se hizo presente no quise hablar más del tema a la mañana siguiente, quizá por vergüenza a mostrarme débil, no lo sé, pero, ahora sabía que necesitaba ayuda de inmediato. ¿Lo diría? Claro que no, soy demasiado orgullosa para mi propio bien.

Heme aquí, sentada sobre el sofá con una copa de vino observando a Gia que baila con elegancia sobre el pasto verde, se mueve de un lado a otro dejando ver cuanto ama lo que hace, cuanto ama vivir y sentirse viva.

De pronto la miro caminando hacia mi, cansada por lo que se que va a sugerir me levanto de inmediato para retirarme a mi habitación, cosa que es imposible ya que esta detiene mi andar

—¿Qué te pasa Becca?

—Nada, tomaré una siesta

—No puedes seguir así, hoy llamo tu madre

Lo último resuena en mi por lo que la miro atenta

—¿Qué dijo?

—Quieren verte, te esperan hoy en casa de tu padre

—Bien

No digo nada más, en vez de ir a tomar una siesta como he acostumbrado estos últimos dos días me encuentro encima del auto manejando hacia el hogar de mi padre. Se que trataron de darme mi espacio y es algo que de verdad agradezco, ahora debo hablar con todos para poder dejar el tema en el olvido.

Luego de casi media hora aparco en el estacionamiento, no quiero llamar a la puerta por lo que decido rodear la casa y entrar por el jardín. Recién voy acercándome cuando los veo a todos reunidos adentro en la sala, parece que charlan sin embargo todos dirigen su vista a mi al verme aparecer.

—Hola

Es lo único que digo al sentir sus miradas sobre mi, sin saludarlos tomo asiento al lado de Char que es a la única que abrazo.

—¿Cómo estas, corazón?—Pregunta mi padre

—Bien, sobre el otro día...

Mi madre es la que me interrumpe al notar que comienzo a tronarme los dedos de la mano.

—No debes hablarnos de eso sino te sientes cómoda

—Becca

Emily, es la que se dirige a mi decidida para contarme lo que sea que sucedió la ocasión pasada.

Comienza a hablar por lo que tiene toda mi atención. Su prohibición hacia la relación solo se trataba por la diferencia de edad; resulta que ellos no tenían conocimiento de nada hasta que volví de mis vacaciones donde mi madre al enterarse sobre lo que Ethan hizo se dio a la tarea de contratar un detective privado y averiguar todo lo relacionado a el, fue como supieron que tenia lazos con Mía, para ser exactos ella es hermana de su prometida, Melody.

—Yo no tenia idea hermana

Jason es el que habla después de todo lo que su madre me ha contado, puedo ver que esta arrepentido y no se porque, el no tuvo la culpa, bueno, ninguno de los tres, solo Ethan y ya.

—No es tu culpa, Jay—Me levanto de mi asiento para quedar a lado de el—Tú no sabias nada, no es tu culpa ¿Okay?

Mi hermano solo asiente apenado, los demás esperan a que diga algo

—Lo que paso se me fue de las manos, al ver a la chica parada al otro lado de la puerta y regalándome una sonrisa amable mientras adentro sucedían cosas que ni yo entendí me afectaron, ahora que se todo esto quiero decirles que esta bien, estaré bien.—Trago grueso para continuar—Ninguno puede tomar la decisión de decirle algo a Mía más que Jason, si el quiere y se siente capaz de terminar con eso, porque se que es lo que pasará, el debe ser quien lo decida, no ustedes.

Ninguno en la habitación dice nada solo asienten ante lo que he dicho

—Debo pensarlo, denme tiempo

Es lo que dice mi hermano mirándo a sus padres

—Tómate el tiempo que necesites—Alboroto su cabello provocando una risa en el

—Becca—Mi madre quien se noto rara y callada durante todo el tiempo ahora habla —Sam nos llamo y...

—Dijo que cancele mis últimas entrevistas—Asiente—Mañana regresaré al trabajo, nada de que preocuparse

Decidida a marcharme comienzo a despedirme de todos excepto de mamá y papá que esperan por mí en la salida.

Daddy es quién me atrae hacia el con fuerza y planta un beso sobre mi cabeza

—Te quiero, mi pequeña

—Y yo a ti, Dathew

Lo último provoca una carcajada en el, es el apodo de el de cuando yo era pequeña y no podría pronunciar bien su nombre

—No dudes en decirnos si necesitas algo Becca, te quiero

—Lo haré mommy, yo también te quiero

Ambos me acompañan hasta el auto, cuando enciendo este se despiden ondeando sus manos en el aire.

☆★☆

Giro la perilla de la habitación de Gia, veo que esta guardando unas cosas dentro de su maleta. Al verme se queda estática en su lugar

—¿Te vas?—Pregunto

—No quiero seguir invadiendo tu espacio

—No lo haces, me gusta tenerte aquí

—Oh si, claro—Dice irónica y se voltea hacia su maleta para seguir guardando sus cosas

—¿Qué ocurre contigo?

—¿Conmigo?

—Si, contigo

—Yo no soy el problema Becca, me tratas como si estorbara desde hace tres días

—Gia, perdóname—Me acercó a ella para detenerla en lo que hace, me mira atenta—Discúlpame por descargar todo lo que traigo contra ti, no medí lo que hacía

—No me lo merezco

—Lo sé, no quiero que te vayas eres mi mejor amiga y no podría perder a otra persona. Ya no

Ambas terminamos fundidas en un cálido abrazo lleno de sinceridad y cariño

—De verdad lo lamento ¿Cómo puedo recompensarte?

—¿Harías Isebec real?

Volteo los ojos y me río con ella

—Capaz

Antes de que me diga algo más corro fuera de la habitación y me encierro en la mía. Sabía que estaba dañandome a mi pero no pensé que mi mal humor afectará a Gianna, lo último que quería era perderla a ella también.









El Jardín Del RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora