Lagrimas traicioneras

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La tarde era fría, el cielo comenzaba a pintarse de un tenue color naranja con matices lilas, la colina del parque principal de Yi Ling era bañada por los últimos rayos del astro sol.

La estación nuevamente había cambiado, dejando a su paso el viento otoñal, los árboles comenzaban a tintarse de amarillo y rojo, mostrando que una vez más, la muerte se cernía sobre ellos. Las hojas habían comenzado a caer y se arremolinaban con la brisa que acariciaba las ramas, era una tarde tranquila, pacífica y de cierta forma espiritual.

2 de septiembre; hacía dos años que aquel joven, que ahora mismo subía despacio por el desvencijado camino que conducía a la cima, visitaba el lugar conmemorando uno de los momentos más tristes de su vida. Al final del camino, un árbol adornaba el paisaje: un árbol bastante particular, el único cerezo que existía en el parque, sembrado hace mucho tiempo, no mostraba signos de siquiera haber cambiado desde que lo recordaba, aquel árbol no veía la muerte cada año como sus hermanos, aquel árbol había muerto desde hace mucho; las estaciones cambiaban una y otra vez, pero el cerezo se rehusaba a florecer. La comunidad nunca pensó en cortarlo, pues detrás de aquel árbol, una triste historia lo mantenía firme.

El joven interrumpió el silencio sepulcral de aquel lugar sagrado para él con sus pasos, para quién lo observara, sus pisadas no causaban un ruido que perturbara el ambiente, sin embargo, para él, constituía el mayor de los ruidos, causado por el peso de su tristeza que se reflejaba en su caminar.

No importaba cuánto tiempo pasara, las veces que subía, sus pies se tornaban una carga, su cuerpo le impedía el auto-sufrimiento, sin embargo, luchaba contra el mismo, no quería dejar atrás aquel lugar que significaba tanto para él.

Cuando llegó a la cima, una suave brisa acarició sus cabellos y se sintió bienvenido, una sonrisa melancólica se asomó en su rostro: Él le estaba dando la bienvenida.

Lan Zhan se acercó lentamente al árbol, cada paso representaba una estocada fría y punzante a su corazón, el aire comenzaba a fallarle, las lágrimas inundaron sus ojos, y una a una escaparon fugitivas por sus mejillas, en otras circunstancias hubiese borrado todo rastro de ellas, odiaba ser débil, odiaba que él no estuviese a su lado.

Una vez frente al árbol, su mano tocó aquel tronco negro y muerto, combinaba perfectamente con su ropa y con su alma. Su frente tocó la corteza, cerrando los ojos, disfrutó de la sensación áspera, sentir aquél viejo árbol, era el recordatorio de que seguía vivo.

Pudieron pasar horas o tan solo minutos, nunca lo sabría, el hecho fue que su privacidad se vio interrumpida por el sonido de pasos cada vez más cerca.

Abriendo los ojos y dándose la vuelta, encaró a la persona que había osado interrumpir su momento. Encontró nada más y nada menos que a una hermosa joven. Un abrigo cubría su cuerpo, haciéndola lucir adorable, su cabello revoloteaba con el viento, sus mejillas sonrojadas por el esfuerzo de la actividad física la hacían lucir como una pequeña muñeca, pero más allá de su atractivo físico, la cámara que colgaba en su cuello le llamó la atención.

Una cámara profesional, solo significaba una cosa: una reportera. Lan Zhan no solía tener problemas con ellos, pero en este momento, no deseaba ser acosado por esa clase de gente.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó sin ningún reparo. Por su parte la joven, se encontraba increíblemente sorprendida, cuando había aceptado ese trabajo, nunca pensó que iba a encontrarse con Lan Wang Ji, el compositor y cantante más famoso de China actualmente, sin duda era una gran ganancia.

—Este debe ser mi día de suerte, encantada, soy Wen Qing —extendió su mano amistosamente hacia el joven cantante quien la miró con sospechas.

—¿Quién te informó que estaba en este lugar? —el reproche era notable en su voz.

Miracles in Autumn [WangXian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora