Capítulo XVII.

34.2K 2.6K 1.1K
                                    

Capítulo 17 | Lo mismo que tú a mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 17 | Lo mismo que tú a mí. 

22 de abril

Perder a un ser querido.

Recuerdo que en mis diecinueve años de vida jamás lo experimenté. Algunos dicen que es algo bueno, pues he oído que puede ser doloroso, pero en mi caso es completamente distinto. No conocí a mi madre, a mi padre muy poco, por lo tanto, no sé si tengo abuelos, tíos o primos. Siempre fui solo yo.

Sin embargo, no pude evitar preguntarme cómo se debe estar sintiendo Elliot en estos momentos. Según escuché su abuela era importante para él, bueno, los abuelos son muy importantes. Sólo que no sé cómo consolarlo cuándo yo nunca tuve unos.

Y lo peor de todo; también me comentó que tenían que haber ido a visitarla hace mucho tiempo cuando se enfermó, pero ellos no lo hicieron. Esa es una razón suficiente para sentirse terriblemente culpable.

Esa noche el cumpleaños de la madre de Elliot quedó en segundo plano. Jamás había visto al señor Cox en una situación que no fuese sonriendo, pero esta vez estaba triste, destrozado podría decirse, mencionó que su madre a pesar de haber cometido errores, era la mejor.

Me quedé un rato sin saber qué hacer o cómo ayudar. Soy pésima ayudando, o siquiera dando una palmadita en la espalda. De hecho, soy pésima en todo lo referente a eso.

Elliot no pronunció palabra por un instante. Aun así, logré ver cómo su expresión se había tornado dolorosa en menos de nada. Quería irme y no porque algo me hubiese molestado, sino porque empezaron a hablar sobre viajar a primera hora el día siguiente, mientras yo no tenía nada que ver en un asunto tan familiar.

«Asunto familiar» Me pregunto ¿por qué nunca tuve los míos?

Al día siguiente desperté sola en el departamento, resulta que los gemelos se habían ido junto con sus padres muy temprano a tomar el primer vuelo hacia California. Mientras tanto, me quedé allí. Sola.

Era fin de semana por lo tanto el día de hoy no tenía deberes o algo que se le pareciera. Mi primer domingo sin Elliot para molestarme o Ethan para leer un libro juntos. Se sentía... extraño, no perdía nada reconociéndolo.

Las personas frente a mí parecieron ser conscientes de mi falta de concentración, pues llevaban casi media hora hablando entre ellos y yo no había intervenido. Tampoco es que me considere muy fanática del anime del que tanto hablan, pero aun así ni siquiera los estaba oyendo.

Rachel dio un sorbo a su malteada, guardando un poco de silencio. Caleb optó por hacer lo mismo, pero al intentarlo, su bebida ya se había terminado e inmediatamente ocasionó un ruido extraño que la castaña desaprobó con la mirada.

Captaron mi atención enseguida.

—¿Qué? —mascullé

—Okey —él fue quien se acomodó para verme—. Entendemos que extrañes a tu novio, pero es un poco ofensivo que ni siquiera nos hayas mirado en todo el tiempo que llevamos aquí.

El brillo de las estrellas✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora