+18 | LIBRO 2. SAGA «COX»
Desde el inicio, no lo soportó
¿Podría alguien ser más egocéntrico?
Desde el inicio, ella le agradó
¿Era posible que alguien pudiera tener ojos tan bonitos?
Desde el inicio, ella se alejó
Él se acercó
Ella lo mandó al diabl...
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Cap largo :)
No hay nada mejor que una buena reconciliación con:
Contenido +18
JAJAJAJA, xd
Capítulo 28 | Desde que te vi
—El mejor truco cuando discutes con tu novia es hacerle saber que tiene razón en todo lo que diga. Será menos perjudicial para tu rostro, así no saldrás con una nariz rota o algo peor.
Absolutamente todos escuchaban atentamente las palabras estúpidas que salían de la bocota del hombre moreno. Parecía bastante experto en el tema, como si se la hubiese pasado remediando errores en el transcurso de su relación.
Bueno, algo me dice que en realidad sí fue así.
Esperábamos el avión que nos llevaría a casa desde la sala de espera en el aeropuerto. Seguía sin creer que ya habíamos perdido uno a causa de mi padre y el hecho de que se hizo el tonto por una hora entera mientras hablaba con mi tío. Ahora, y gracias a eso, tuvimos que cambiar los tiquetes y además el horario.
Nada de esto me estaba saliendo bien. Esperaba llegar al departamento y ver a mi novia para luego besarnos como si no hubiese un mañana. En lugar de eso me recibirá una cara enojona y actitud hostil que no tolero. Lo admito, fue mi culpa, y en estos momentos, esperaba poder arreglarlo.
Suspiré, bajando y bajando el buscador de mi móvil para así intentar encontrar el número adecuado. Mientras tanto, una persona se ubicó a mi lado
—¿Todo bien? —preguntó
—Ajá —respondí, distraído—. ¿De casualidad sabes el número de una floristería?
Me miró abruptamente, confuso
—¿Una qué?
Decidí dejar de ver la pantalla un momento, antes de verlo
—Bueno, pensé que si... le enviaba un ramo de sus flores favoritas el asunto podría ser más llevadero.
Él rió
—Te felicito, ¿sabes? —puso una mano en mi hombro—. Es lo que hace un hombre enamorado.
Fruncí el entrecejo enseguida
¿Enamorado?
No me detuve a pensar en una respuesta que fuese obvia.
—¿Lo sabes o no? A veces cuando mamá se enoja contigo le envías flores, ¿cierto? Rosas blancas.
—No es cuando discutimos —negó—. Trato de hacerlo de vez en cuando. No necesito una pelea para ser detallista con mi esposa.
—Bah —me encogí de hombros—. ¿Lo tienes?
Suspiró, para entonces sacar su móvil. Empezó a dictarme el número. Tan pronto me dejó solo, procedí a marcar, moviéndome un poco para no ser visto.
