Capítulo XXXI.

31.9K 1.9K 385
                                    

Capítulo 31 | Tú me haces feliz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 31 | Tú me haces feliz

No tienes nada de qué preocuparte, ¿sí? Mejor muéstrame la segunda opción que habías pensado.

Sacudí mi cabeza, saliendo de mis pensamientos.

Sí, quizás sólo no era nada, no tenía que estar paranoica.

Aun así, nunca deseé tanto tener una cita con él como ahora. No tenía idea de qué estaba pasando realmente con Cameron, pero que Elliot saliera así como así, demasiado rápido me daba mala espina.

Tenía mi corazón un poco inquieto de repente.

Eso me tenía quizás un tanto alterada.

De todas formas, conté esos quince minutos mientras le fui enseñando a Tyra todas las opciones del otro lado de la pantalla. Esta descartó algunas, se quedó pensando en otras, y terminó llegando a la conclusión de que necesitaba ayuda para mejorar mi armario.

Eso me hizo sentir una pisca de indignación.

¿A quién engaño? La verdad es que nunca fui fan de las compras.

Y justo ahora, parece que eso necesitaba.

Como no sabía hacia dónde iríamos, me decidí por una falda negra, de cuatro dedos sobre mi rodilla, un top blanco, una chaqueta y unas botas.

No parecía una mala elección. Peiné mi cabello, y apliqué sólo una gota de maquillaje siguiendo las instrucciones exhaustivas de la chica morena.

Al terminar, estuve completamente lista.

Y Elliot no llegaba.

«Nunca haría eso, preciosa, primero muerto»

Di vueltas y vueltas en el mismo punto con el teléfono en mis manos

Más vale que cumpla con su promesa o no se lo perdonaré.

¿Desde cuándo me había vuelto así? Seguro no pasa nada. Estamos seguros, estamos bien, todo estará bien. Llegará tal como lo dijo. No sería capaz de dejarme en nuestra noche especial.

No se lo permitiría.

Los primeros cinco minutos de retraso, empecé a pensar que simplemente había tenido un pequeño problema, y que ya no tardaría. Los siguientes cinco minutos, seguía removiéndome en el mismo punto con el corazón en la garganta. Los próximos diez minutos, ya estaba ahogándome por la ansiedad y todo mi cuarto se me estaba haciendo muy pequeño.

El brillo de las estrellas✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora