Capítulo XVI.

37.4K 2.2K 554
                                    

Capítulo 16 | A tus órdenes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 16 | A tus órdenes

19 de abril

Cuando era niño recordaba esta fecha con alegría, mi padre iba a nuestro cuarto y nos despertaba a Ethan y a mí con tal de llevarle un pastel a mamá antes de que ella se levantara por su cuenta. Todo eran risas y alegrías. Incluso convencí a mi progenitora de no ir a la escuela ese día solo porque era su cumpleaños.

Me llevó mucho tiempo. Pero lo conseguí, más porque mis notas eran buenas y mi comportamiento —aunque no era tan bueno—, no influía en mi buen promedio. Cada cosa valía la pena si podía pasar mi día entero celebrándole.

A medida que íbamos creciendo la situación cambió, nos alejamos un poco como familia. De igual manera, eso no significaba que esta no fuese una fecha especial. Cuando mi gemelo y yo compramos nuestro propio departamento también fue algo que nos separó, a pesar de que las cenas cada último domingo del mes también eran de ayuda.

Bueno, ese no era el punto.

El punto era que nosotros como hijos debíamos llamarla a ella para felicitarla, no al revés. Es buen momento para decir que mi madre no es normal.

¿No te da vergüenza?

—Sinceramente no —me froté el rostro—. Mamá, acabo de despertar, son las siete de la mañana.

—¿Y eso qué? Si no te llamo yo tu no lo haces.

—Estaba por hacerlo —asentí, más para mí mismo—. Lo iba a hacer, pero al menos iba a cepillarme los dientes primero, ¿no lo crees?

—Tonterías, ya dime que no lo recordabas.

—Siempre lo recordaré —quité el edredón que cubría mi cuerpo—. ¿Te parece si primero me alisto y luego te llamo? También me vendría bien desayunar.

—¿Sabes? Cuando eran niños desayunábamos juntos. Iban a despertarme con un bonito pastel, ¿no te parece que es un lindo recuerdo? Podríamos repetirlo si tan solo...

—No voy a ir en pijama a verte.

—Santo Dios, es por eso por lo que tu padre me cae mejor que ustedes.

—Gracias.

Mi ceño se frunció notablemente, en lo que retiraba el aparato de mi oído para leer lo que decía la pantalla

—Mamá, ¿tu...? ¿Llamaste a Ethan al mismo tiempo que a mí?

Quería hablar con ambos.

—Debes estar bromeando —volví a tumbarme en la cama

No tiene nada de malo, ¿cómo es que no te habías dado cuenta? Eso es por andar pensando en la jovencita... ahm... ¿cómo era su nombre? ¡Ryan! ¿Cómo se llama la novia de nuestro hijo?

El brillo de las estrellas✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora