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                __Sung Mi Soo__

— ¡Tía! — mis ojos perseguían con una sonrisa el pequeño cuerpo de Haneul correr de un lado a otro por el que fue mi cuarto por años — ¡Amo tu habitación! De seguro fue divertido vivir aquí.

Asentí sin borrar mi sonrisa, pasando mis dedos por aquella mesa que me acompañó en mis tardes de llanto y alzar mi vista, su habitación se encontraba a oscuras, de seguro nadie vivía allí.

— ¿Esto es tuyo? — una menuda mano agarró mi antebrazo, volteando a verla y asentir — ¡Me lo quedo!

Negué ante su emoción por una simple muñeca de trapo y dejarme caer en la esquina de la vieja cama.

Todo había cambiado desde que me fui, pero de algo estaba segura, no me arrepentía de mi decisión.

— ¡Hay un niño tía! — un cuerpo saltó sobre mi espalda, prestando atención a sus labios y el intento de sus dedos y quedar confundida.

¿Un niño?

Su mano agarró la mía, llevándome al balcón de mi habitación, que tanto recuerdos guardaba y analizar al adolescente que se adentraba a la casa con una mujer siguiéndole.

¿Dae? Las lágrimas se presentaron antes de tiempo en mis orbes, evitando ser vista por la menor y mostrarle una sonrisa.

— ¿Podemos jugar?

¿Cómo le decía que no podía salir bajo el Sol?

Su emoción era inmensa y por un momento temía borrar aquel sentimiento de su cuerpo, asintiendo a sus palabras con dolor en el pecho y ser arrastrada a las afueras de la casa.

— ¿No vienes? — negué manteniendo mi cuerpo sentado en las escaleras de la puerta y encogerme en la pequeña sombra que me proporcionaba.

" No te alejes mucho Haneul "

Sonreí ante su asentimiento, viéndola correr con tanta libertad bajo la luz del Sol y por un segundo envidiar su lugar.

Había crecido entre las sombras, conviviendo junto a un demonio que me recordaba a diario lo inservible que era mi existencia.

Mis ojos se alzaron con dificultad al cielo, admirando como aquella inmensa luz comenzaba a ocultarse detrás de las nubes que atentaban con robarse el gris sobre sus cuerpos, y segundos más tarde dar paso a unas míseras gotas de lluvias, dejándome llevar y alzar mi mano sintiendo el frío instalarse en esa zona específica y como si todo fuese un recuerdo, una cegante luz se abre paso en mi vista, volteando con rapidez hacia el carro que se acercaba con toda velocidad y a metros de él, la figura de Haneul con sus ojos cerrados y encogida en su posición.

Mi corazón saltó dentro mi pecho, corriendo hacia su cuerpo y tirarme hacia sus brazos que me esperaban abiertos con las lágrimas mojando sus sonrojadas mejillas, sintiendo sus dígitos apretar mi chaqueta y apretarla contra mi pecho y sentir el calor de algo a mis espaldas.

Negándome a despegarme de su lado, dejo alzar mi vista hacia el cielo, analizando la tormenta que se formaba encima de nuestras cabezas y en menos de un segundo, voltear a mis espaldas y analizar al chico que salía de su auto corriendo a nuestro lado, teniendo sobre nuestras cabezas una sombrilla y unos asombrados ojos que no se desviaban de mí.

▪No te enamores de la Luna...Enamórate de mí ▪KTH✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora