__Kim Tae Hyung__
— Haneul — un suspiro cansado brota de mis labios al ver su cuerpo al costado de la joven, viendo el sobresalto de su cuerpo ante mi voz.
— Doctor Kim — susurró encogiéndose dentro de aquellas sábanas que antes tomaban el papel de cubrir la anatomía de la paciente — Sólo quería venir a ver si los rumores eran reales.
Sus dedos jugaban entre sí, haciéndome sonreír ante su ternura, quedando de rodillas a su lado y acariciar aquellos mechones de cabellos disueltos por su rostro.
— Debes de avisar antes pequeña, todos pensamos que habías escapado, y no tomaste los medicamentos en el horario correspondiente, eres un niña muy mala — mis dedos dejan caer un suave golpe sobre su frente, provocando el puchero que se formaba en sus labios.
— Los doctores no pueden golpear a sus pacientes — sonrío por sus palabras, dejando caer la mirada en aquel cuerpo postrado en la cama — ¿Miso no despertará?
— Claro que sí, sólo que demorará un tiempo y podrás jugar con ella, mientras, ¿podría la señorita tomar mi mano y devolvernos a su habitación? Te recuerdo que aún no has tomado tus medicamentos — su pequeño cuerpo se baja torpemente de aquel gran sillón, tomando mi mano con la suya y retirarnos de aquel lugar.
— ¿A Miso también la abandonaron sus padres? ¿Por qué la gente buena sufre? — sus preguntas eran incógnitas para mí también.
¿Qué explicación se le podría dar a un niño de cinco años?
— Ni yo mismo tengo las respuestas pequeña, el mundo es un lugar tan cruel, que hasta nosotros mismos somos nuestros enemigos — sus ojos se posan en los míos mientras sonríe levemente.
— Me gusta el doctor Kim, serás mi príncipe — sus ojitos se cierran mientras comienza a reír para correr por todo el pasillo, haciéndome negar ante su ternura y correr tras aquel menudo cuerpo.
☾☾☾
__Sung Mi Soo__
— ¿Cómo te sientes? ¿Puedes leer mis labios? — mi cuerpo no reaccionaba a sus palabras, posando mi vista en el movimiento de sus belfos y captar cada palabra que ella emitía — Pestañea si me comprendes cariño.
Mis ojos acatan su orden, haciéndola sonreír y acariciar mi cabeza con cariño.
Su cuerpo voltea hacia el de mi tía, intercambiando palabras entre ellas, dejándome observar la llegada de aquel hombre que había salvado mi vida, cuando yo no lo deseaba.
Sus ojos se mantenían sobre los míos y si no fuese por el pequeño cuerpo que se había escabullido entre sus piernas, nuestras miradas no se hubiesen cortados.
— ¡Miso! ¡No sabes lo mucho que te extrañé! — sus brazos rodearon mi cuello, pegándome a su anatomía y dejar besos por todo mi rostro sacándome una sonrisa.
No comprendía sus palabras, ya que su cuerpo era un reguilete que no se detenía, dejándome sin tiempo para leer sus labios, resignándome a asentir a cada una de sus palabras.
Las largas y venosas manos del chico la alejó de mí, sintiendo el roce de sus dedos en mi cuerpo, estremeciéndome por completo y mandar descargas eléctricas directo a mi corazón.
— ¡Suéltame! !Doctor malo! — las risas de los presentes en el salón no se hicieron esperar, haciéndome sonreír al ver la escena entre aquellas dos figuras y sentir envidia de la felicidad que los rodeaba.
— Dejemos descansar a la paciente y usted jovencita, a su habitación — el cuerpo de la doctora agarra con delicadeza la mano de la niña, despidiéndome de ella con un simple movimiento de mano, siendo este devuelto y concentrarme en la presencia del joven director.
— Agradezco todo lo que ha hecho por nosotros doctor — mi cabeza asentía a cada palabra de mi tía, admirando la sonrisa que comenzaba a nacer en los labios del chico mientras negaba.
— Era mi deber — no presté atención a sus siguientes palabras, sintiéndome enojada con sólo leer esas.
¿Su deber?
No necesitaba un héroe, sólo necesitaba dejar de respirar.
¿Egoísta? Si, era egoísta de mi parte querer abandonar este mundo teniendo aún a mi tía, era egoísta de mi parte ser tan malagradecida con una persona que sólo quería ayudar.
Mis pensamientos eran tan profundos que no había caído en cuenta en que me encontraba entre sus brazos, siendo llevada a aquella silla de ruedas y detallar a sólo centímetros aquel perfecto rostro.
Su vida debía de ser un libro de hadas, todo rosa, lleno de sonrisas.
Una vida que yo envidiaba, un libro que no deseaba leer, sino protagonizar.
Sus ojos se encuentran con los míos en los cortos segundos que quedaban para ser bajada de sus brazos, sintiendo el mismo dolor en la zona de mi corazón, quería detener estos sentimientos que habían nacido sin mi consentimiento.
¿Pero cómo se detiene algo de lo cuál ya no tienes el control?
Así me sentía yo, un carro barranca abajo sin freno.
Una estúpida chica suicida enamorada de un príncipe.
Algo imposible, algo que no debía de ocurrir.
Mi cuerpo fue depositado en aquella silla de ruedas, sintiéndome impotente al no poder caminar por mí misma, sintiendo el leve peso de algunas cosas sobre mis piernas, detallando un cuaderno y varios lápices, alzando con rapidez la vista hacia el doctor.
— Tu tía me comentó que te gusta dibujar, iremos a dar un paseo y de paso recrearás cada escenario que observes — sus labios articulaban cada palabra lentamente, haciéndome sonreír ante ese acto de su parte y asentir, siendo alejada de mi tía y ser llevada por todo aquel pasillo hacia las afueras de aquel lugar.
Mis ojos analizaban cada lugar de la recepción, teniendo pequeños fragmentos del primer día que nos conocimos, donde por primera vez sentí una chispa encenderse en mi interior, una chispa que no se apagaba con el pasar del tiempo.
Mi pánico crecía al ver hacia donde nos dirigíamos, volteando mi cabeza hacia el castaño y dejar reflejar el miedo en mis ojos. Causando la duda en él y mover mi cabeza de un lado a otro.
— No saldremos fuera si es tu preocupación, sé sobre tu condición — no escuchaba su voz, pero mi mente idealizaba un tono suave, maduro, algo completamente de mi gusto.
Y por primera vez me sentía protegida por un desconocido, me sentía querida por alguien que no era mi tía.
El aire tóxico que respiraba en mi casa, simplemente se volvía puro al estar alrededor suyo, temiendo acostumbrarme a este nuevo sentimiento, sabiendo que pronto me despediría de él para regresar al inicio.
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Nuestra pequeña Haneul es un papel muy importante, así que quieran a esa nena🤧🌼Conviví poco tiempo con una persona sordomuda, por lo que no sé mucho sobre esta discapacidad, pero imagino que no sea fácil y menos leer los labios, sólo con escribirlo aquí, me resulta imposible de creer, debe de ser algo complejo. Incluso la muchacha que conocí, leía los labios con algo de dificultad.
Espero que les guste, logré salir de vacaciones y espero tener tiempo para continuar con la historia, he tenido momentos en que sentí que perdía el rumbo de esta obra, pero espero poder seguirla hasta el final.
💜🐛
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▪No te enamores de la Luna...Enamórate de mí ▪KTH✔
Romance" ..Mientras las noches eran testigos de tus lágrimas, mis ojos despreciaban tu dolor...Y mientras la Luna recibía tus cálidas sonrisas, mis ojos aclamaban tu atención.." • Crédito de portada a @jmbxtch💜🐛 Iniciada: 14/08/21 Finalizada: 04/01/23