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      Sólo los cristales se rajan  
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             __Sung Mi Soo__
 

Su cuerpo aún se mantenía arrodillado frente al mío, sin llegar a romper la conexión que mantenían nuestros ojos ante las palabras pronuncidas por sus belfos minutos atrás.

— Es mejor que vayas a dormir — sus orbes se desviaron de los mios, sintiendo el calor de sus manos abandonar mi cuerpo y levantarse de su puesto — Has tenido una larga y ajetreada noche.

No me negué, y tampoco tenía motivo para hacerlo al tomar camino hacia la puerta de su habitación, volteando por última vez hacia él.

— Buenas noches — murmuró a la distancia y asentir con mi cabeza, girando con lentitud la cerradura que era apretada en mi mano.

Deseaba que me detuviese, aunque ni yo misma sabía el por qué.

La oscuridad del pasillo me acogió, caminando hacia mi destino con gran parsimonia siendo mis ojos testigos de un pequeño bulto tirado en el centro de su habitación.

¿Qué hacía?

Su rostro se volteó hacia mí, dejándome ver sus ojos rojizos por el llanto y quedar confundida.

— Lo siento — sus deditos restregaron ambos ojos irritados por las lágrimas, acercando mi anatomía a la suya y envolverlo en mis brazos — Lo siento.

Su aliento chocó con mi pecho, asumiendo que había repetido las mismas palabras de antes y negar aumentando la fuerza en nuestro agarre.

¿Por qué lloraba a estas horas?

Mis ojos se pasearon por todo el lugar, admirando un bello azul con diferentes dibujos en las paredes que se alzaban a nuestro alrededor y detallar la foto de un hombre mayor a un lado del niño.

¿Esa era la causa de su tristeza?

Me odiaba en estos momentos al no poder consolarlo con palabras, odiaba no poder transmitir lo que sentía a través de una voz que se me fue silenciada injustamente.

— Noona, ¿conociste a tu papá? — sus menudas manos se posaron en mis labios, observando el tono rojizo que comenzaban a tomar sus mejillas al darse cuenta de su acción — Lo lamento.

Su cuerpo se alzó con rapidez, corriendo a uno de los cajones que adornaban su habitación y acercarse con una tierna libreta de carros y un lápiz en mano.

Una sonrisa tiró de mis labios al haber comprendido sus acciones de hacerme cerrar los labios, dejando un beso en su mejilla en agradecimiento y tomar entre mis manos aquel cuaderno.

¿Qué debía de escribir exactamente a un niño de tan sólo ocho años?

— Vamos noona — agitó colocando el lápiz en mis dedos y dirigirlo a la hoja, causando diversión en mí.

" Murieron en un accidente de tráfico cuando tenía seis años "

Sus pequeños labios se abrieron en sorpresa al colocarse a un costado mio y prestar atención a cada palabra escrita por mí.

— Papá murió hace un año exactamente — murmuró mirando directamente a mis ojos y ver la tristeza que reflejaban estos — Papá nos quería mucho noona, era nuestro héroe, pero murió abandonando su misión de protegernos.

Y ahí comprendí quien era la persona en la foto.

" Él está en un mejor lugar, desde las estrellas los está protegiendo a los tres "

▪No te enamores de la Luna...Enamórate de mí ▪KTH✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora