PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA KAMARI
𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 | ❝ Describe aquellas relaciones en las que se establece una conexión especial con la otra persona ❞
𝘼𝙞𝙨𝙝𝙖 𝙈𝙘𝘾𝙖𝙡𝙡 es la hermana melliza de Scott, hija de Melissa y Rafael McCall. Aish...
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄
— ¿Qué quieres que haga qué? - preguntó Danny-
— Rastres un mensaje -respondió Stiles-
— Vine por el trabajo de laboratorio, eso hacen los equipos -enfatizó el chico-
Aisha le había llamado pidiéndole verse en la casa del chico lleno de lunares para hacer algún trabajo, pero era claro que mintió.
— Y lo haremos cuando rastres el texto
— ¿Y qué te hace creer que sé hacerlo?
— Pues Aisha sabía y yo vi... Más bien leí tu reporte de arresto -informó mientras jugaba con sus manos. El moreno volteó a ver a su amiga sintiéndose traicionado en cierta forma ante la confesión del pálido-
— Tenía trece años. Retiraron los cargos -se defendió-
— Como sea
— No. Haremos tarea -espetó tomando asiento junto a Stiles-
— ¡Oh, por...! ¡Agh! -se quejó-
— ¿Y quién es él? -les preguntó Danny a los mejores amigos señalando con disimulo a Derek-
— Am, mi primo... Miguel -respondió Stiles de manera torpe. La morena ocultó su sonrisa divertida por su respuesta, intentaba mantenerse seria debido a la mirada que le dio el pelinegro-
— Hay sangre en su camisa -les comentó extrañado-
— Si, sí. Tiene horribles derrames en la nariz -mintió de nuevo. la chica presente en la habitación, giro hacía Derek divertida evitando que Danny viera su carcajada a punto de salir- Miguel, te dije que podías usar una de mis camisetas -le dio pequeñas miradas para que lo hiciera-
Aisha se recargó en la mesa donde el chico de lunares tenía su impresora observando a Derek, este mismo cerró el libro que agarró disimulando su atención a la presencia del portero del equipo de lacrosse y así saber quién envió el mensaje de texto.
Él se levantó de la silla lanzando el libro a la cama, empezó a quitarse su camisa de una forma tranquila dirigiéndose al armario de Stiles dándole la espalda a los demás, al anularse de su prenda logrando que la seriedad y atención de Aisha fueran directo a él viendo el tatuaje.
La morena no podía apartar la mirada de la espalda detallada del pelinegro, su corazón latía con fuerza y sin entender la razón, una parte de ella quería ser abrazada por sus brazos recibiendo el calor de su pecho desnudo. Sentirlo.
— Como sea, ambos sabemos que tienes la habilidad para rastrear ese mensaje. Así que, tal vez debamos... -continuó hablando Stiles convenciendo al moreno-
— ¿Stiles? -lo llamó Derek-
— ¿Sí? -dio la vuelta para verlo molesto. Nadie se percataba de la mirada de Aisha hacía Derek-