PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA KAMARI
𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 | ❝ Describe aquellas relaciones en las que se establece una conexión especial con la otra persona ❞
𝘼𝙞𝙨𝙝𝙖 𝙈𝙘𝘾𝙖𝙡𝙡 es la hermana melliza de Scott, hija de Melissa y Rafael McCall. Aish...
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐎𝐒
— ¿Se comió el hígado? -preguntó Scott con asombro-
— No. No dije que se lo comió. Solamente que no estaba -aclaró el pálido caminando junto a los dos hermanos y pecoso- ¿Y sabes qué? Si lo hizo, ¿qué importa? Es la parte con más proteínas
— Claramente que lo es -habló Aisha- Es el órgano que ayuda a la absorción de los alimentos
— Aunque es asqueroso imaginar que se lo comieran crudo -se estremeció Alexis abrazando a la morena por los hombros- Mi imaginación llegó hasta el sabor que puede estar presente. Asco...
— Yo nunca comí un hígado
— Si, claro. Porque hablando de hombres lobo tú eres un modelo de autocontrol que, sin ofender, le creo más eso a Alexis que a ti -soltó con sarcasmo Stiles- De hecho, espera. Tú eres el sujeto de prueba de esto, por lo que hay que pensar en lo que te pasó
— ¿De qué hablas? -cuestionó Scott sin comprender-
— Alexis no vale porque nació así y a ti te convirtieron. Pensar sobre lo que pasaba por tu mente cuando te transformabas, ¿qué te atraía? -giró al nombrado aprovechando que Scott lo pensaba- Si quieres decir, está bien. De igual forma te conviertes con la luna llena y esas cosas
— Yo pensaba en mi familia, aún lo hago
Con una sonrisa boba contestó — Allison -respondió el moreno, su gemela lo miró cansada de la mención del nombre para todo-
— ¿Nada más? ¿En serio? -cuestionó con incredulidad- ¿Ni siquiera alguien tan irresistible como la chica presente? Recalco, la única presente
Ve a su hermano negar con una mueca — Nah. Yo tenía miedo de que me hicieras algo. No me importaba nada más -admitió con notable mentira. Aisha le pegó en su brazo al ver su sonrisa divertida- Es obvio que tú también eras importante y creo que por ti no comí un hígado...
— Idiota
— Pero eso es bueno, ¿no? Porque cuando mordieron a Lydia estaba contigo -animó Scott en dirección a su mejor amigo- En sí con los tres, pero saben a lo que me refiero
— Sí, pero estaba buscando a Jackson -infirmó, se acomodó su mochila con pesadez al recordar que lo suyo con la pelirroja no sucedería-
Los cuatro presentes giraron en dirección al rubio que se estaba estacionando con el sonido del motor de su Porsche característico a más no poder. Aisha dio media vuelta ingresando a la escuela sin creer las miradas puestas en él por parte de las chicas.
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Aisha se apoyó en los casilleros esperando a que sus amigos y hermano terminaran de vestirse para el entrenamiento de lacrosse, levantó su mano saludando al rubio del equipo que le caía bien, Isaac Lahey, y él se lo devolvió agrandando su sonrisa.
