𝟎𝟒

5.7K 529 61
                                    

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

— Scott McCall. Académicamente no eres el mejor, pero veo que eres una estrella de los deportes -Scott asintió mientras lo afirmaba, ambos hermanos se encontraban más nerviosos que Stiles por haber presenciado como cortaba a la mitad a un hombre lobo. Continuó hablando- Aisha McCall. Hermana del gran atleta, una prodigio en todas sus materias siendo la primera opción de sus profesores para dar un buen ejemplo, pero con problemas de conducta -levantó la vista del expediente observándola con curiosidad- ¿Ha intentado estar en una actividad extracurricular o manejar sus ataques agresivos?

Aisha jugaba con sus dedos ante su mirada, su pie comenzaba a moverse de forma obvia siendo visto por su gemelo, Scott entrelazó sus manos logrando que se relajara.

— Me gusta la fotografía, tomo cursos los fines de semana y solo me vuelvo agresiva cuando molestan a mi hermano o a Stiles

— Leal, por lo que puedo ver. Aquí vienen notas con faltar respeto a la autoridad

— Solo cuando los profesores se aprovechan de su rango alto

Asintió con la cabeza analizándola, lo que buen cazador debe darse cuenta era la esencia que dejaban los licántropos para poder atraparlos y en ese caso, Gerard se estaba dando cuenta de que la morena era el mate de un lobo, solo faltaba marcarla y saber de quién.

— Sr. Stilinski. Oh, calificaciones perfectas, pero ningún extracurricular como la srta. Quizá debería probar con lacrosse

— De hecho, ya estoy en... 

— Espera -interrumpió a Stiles viendo a los hermanos- ¿McCall? Tú eres el Scott que salía con mi nieta -dijo-

— Salíamos, pero ya no -mintió Scott apresuradamente, aferrándose al agarre con su hermana- Ya no salimos, ni nos vemos, ni hacemos nada juntos. Nada de nada. Se lo juro

Aisha pellizco su mano con disimulo dando a entender que debía cerrar la boca antes de que lo descubriera en esos momentos, Scott soltó un suspiro nervioso evitando sufrir por el fuerte pellizco de su hermana.

— Tranquilo, Scott. Parece que estás a punto de tragar una pastilla de cianuro -se burló el anciano-

— ¿Una qué? -le preguntó a su hermana, ella lo miró sin creerlo-

— Píldora del suicidio, idiota. Causa tu propia muerte inmediata de forma menos dolorosa -rodó los ojos la morena-

Scott formó un oh con su boca — Es que aún me duele -comentó en dirección al mayor- Pero la relación de Aisha con un chico me mantiene distraído

— ¿Qué? -hablaron en sincronía los dos mejores amigos-

— ¿En serio? ¿Y se podría saber con quién? -quiso saber el anciano en dirección a la chica, pero ella guardó silencio sin saber que decir-

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 | Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora