𝟎𝟏

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎

Removiéndose entre las sábanas de la cama recobraba la conciencia, se acomoda con extrañeza al encontrarse en su habitación, ya no estaba en el loft ni había rastros de ser traída por Derek.

Poniéndose de pie se da cuenta de la humedad en el suelo causándole un escalofrío por el agua helada, subiendo lentamente como si su cuarto fuera una piscina vacía. Sus labios titiritaban ante el repentino aire que recorría su columna vertebral. Trató de ir en dirección a la puerta para abrirla, pero su sorpresa fue verla semiabierta.

¿Cómo podía estar entreabierta la puerta mientras el agua continuaba subiendo bajo sus pies?

La chica cambió su mirada en dirección al baño al escuchar el chirrido de la puerta abrirse. Por alguna razón se estaba quedando sin aire, lo cual la empezaba a desesperar.

— Tienes que cerrar la puerta

Se o repetía una y mil veces.

Cae al suelo ante el sonido de un taladro penetrar sin compasión alguna sus tímpanos haciéndola gritar.

— Despierta. Despierta, Aisha

Debía decidir. Cerrar la llave o la puerta. Pero, ¿cómo sabes cuál es la correcta si en las dos parece querer entrar la misma persona...?

— ¡Despierta!

Un jadeo sale de su boca, buscando oxígeno y sintiendo su corazón latir con fuerza una vez que abre los ojos agradeciendo en estar realmente en el loft.

Paso ambas manos en el rostro intentando olvidar lo que sintió en aquel sueño, se despojó de la cobija para ir al baño y mojarse el rostro, aunque al segundo de tocar el suelo siente algo espeso y pegajoso bajo sus pies... Bajó la mirada lentamente para así poder saber de qué se trataba, soltó un grito ahogado al darse cuenta de lo que había en su alrededor.

— No, no, no -negó, yendo en dirección al cuerpo ensangrentado en el suelo- ¡No, por favor!

Por esa razón no sentía nada. Estaba vacía...

— Esto es una pesadilla. No es real -no quería creer lo que observaba-

— ¿Segura? -una segunda voz se escuchó. Gruesa, cansada y capaz de causarte miedo- ¿Qué te asegura que no es real, Aisha?

— Despierta, Aisha. Es un mal sueño

Derek yacía muerto en sus brazos con una gran herida en su pecho, las manos temblorosas de Aisha acariciaban el rostro pálido del hombre sin vida ensuciándolo con la sangre que había en sus manos. Ella lo mató. De reojo sintió varias luces iluminar a unos tres metros de ella el Nemeton, dando la ilusión de que volvía a ser un sueño.

— Despierta, Aisha -golpeaba su cabeza- Vamos, solo hazlo

— ¿Cuántos más necesitan morir para que lo aceptes?

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 | Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora