𝟏𝟑

5.3K 510 39
                                    

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄

Aisha McCall yacía sobre el pecho del mayor ojiverde sobre el capó de su auto negro, Derek acariciaba su cintura mientras la admiraba en silencio de forma pacífica y, a pesar de tener a su lobo enloquecido por al fin tener a su lado a la chica, esperaba el momento para marcarla de una vez por todas.

Todavía se encontraban en lo oscuro del bosque, observando el estrellado cielo hasta que el celular de la menor comenzó a sonar, una y otra vez por más que quisiera ignorarlo.

— ¡Si no es para decir que tendré mi poster de regreso, no quiero nada, Stilinski! -exclamó cansada de sus llamadas-

¡¿Dónde demonios estás?! Solo te fuiste sin decir nada

Ella se quedó en silencio pensando en una mentira, Derek la veía divertido - En mi hermosa cama

Scott, creo que nos está mintiendo

¡Nos está mintiendo! -era la voz de Scott. Entre los dos mejores amigos se escuchó una pequeña discusión por unos cuantos segundos- ¿Dónde estás? Y no me mientas

— ¿Cómo por qué hay tanta urgencia con saber de mi paradero? -al menos le daba tiempo de pensar una buena excusa-

Es que nos vas a matar -murmuró el rapado-

— ¿Ahora que hicieron Tweedledum y Tweedledee?

Ambos chicos comenzaron a balbucear — JacksonescapóyStiles/Scotttienelaculpa -dijeron de forma rápida-

Ella frunció su ceño sin comprender ni una palabra de lo que dijeron, Derek negó encogiéndose de hombros diciendo "Yo nunca entiendo de lo que hablan esos dos".

— Okey. Ahora díganlo despacio para que les entienda

Suspiró — Jackson se escapó y es culpa de la caliente de tu hermano -se distinguió un sonido de indignación- Nos dirigimos a la estación de policía. ¿Te recogemos o...?

— ¡A ustedes nunca se les puede dejar solos porque la riegan! -lo interrumpió- Los veo en la entrada

Colgó la llamada dándose cuenta de la presencia del lobo frente suya, movió su mano evitando ser ayudada y bajar por su propia cuenta del capó, pero se lamentó así misma cuando tocó el suelo. Derek la veía con gracia, Aisha sostuvo su brazo con fuerza al mismo tiempo que hacía una mueca de dolor.

— Maldito imbécil, en serio duele

— No quisiste mi ayuda

— Solo... -respiró profundo, la morena se movió a paso lento a la puerta del copiloto- Solo llévame a la estación de policía

— Como mande usted

Durante el camino a la estación, el pelinegro reprimía una risa ante las muecas de dolor de la morena y del mismo modo, poseía en su rostro una sonrisa egocéntrica al tener a la chica a pesar de casi haberla jodido Alexis, le había salido el tiro por la culata.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 | Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora