Capitulo 30

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Las puertas se la cocina se abrieron una vez más y está vez fue Yakov quien salió detrás de Oleg con una cara sonriente

- déjame adivinar -lo abracé con un brazo- tu pequeño gatito blanco de ojos saltones te dijo eso

- no tengo idea de quién hablas

- ¿Ah no? - reí - de tu pequeña apuesta.. Gabrielle

- yo jamás he aceptado esa apuesta y lo sabes

- si, porque eres un aburrido - reí - ya deja de ser tan amargado

- te vi Yakov.. hace unos días.. viniste a casa y después vi salir a uno de los socios de mi padre

- ah.. eso - reí - solo charlamos

- te arreglabas la ropa

- bueno.. vino a buscarte a ti - reí - y no estabas.. solo tú hermana.. querías que ella lo atendiera?

Oleg solo miro unos segundos al techo y suspiro entre abrió sus labios para decir algo pero Yakov lo corto

- no te confundas lo hice por tu hermana no por ti - sonreí -

- ¿Ah si? -me cruce de brazos - ¿Y cuando éramos niño.. también lo hacías por ella?

- aún no nacía -frunci el seño -

- por eso imbécil..

- bueno eres mi primo favorito - reí-

En eso se escucharon el ruido de unas llaves y ambos chicos voltearon, no mostraron ninguna expresión ante aquel hombre pero era notoria la incomodidad de ambos

- valla.. tengo el honor de ver a mi amor favorito de maricas

- también es un gusto verlo tío Zinov

- como sea -me quite el saco

La pequeña hermana de Oleg bajo corriendo las escaleras al mirar a aquel chico sus grandes ojos azules tomaron un brillo peculiar

- ¡Yakov! -corri hacia el y lo abrace

- oh ahí está la pequeña ratoncita -la cargue y le di vueltas- ya creciste mucho

- te extrañe.. no viniste en mi cumpleaños -ftunci el seño

- mis disculpas mi joven ama -hice como si me levantará el sombrero - tuve unos cuantos inconvenientes.. pero te traje un regalo mira

El chico se acercó a su maleta y saco un oso de peluche color café, tenía los ojos grandes y una nariz roja, también llevaba un listón de color lila atado al cuello, la niña abrazo al peluche con fuerza

- me encanta es muy hermoso

- también traje una caja de dulces pero esos se los di a mamá porque tú no tienes autocontrol - reí - te extrañe mucho también

La pequeña sonrió y solo pasaron unos minutos antes de que la señora Deniska los llamara a todos a la mesa, se sentaron y la mujer les sirvió a todos, no había platicado solo el silencio y de ves en cuando el ruido de la lluvia que aumentaba

El silencio se vio interrumpido por un gruñido de desagrado, Zinov tomo la servilleta y limpio su boca

- a esta cosa le falta sal.. hasta para eso eres estúpida mujer..

- no deberías hablarle así a mi tía..

- ¿Acaso dijiste algo? - le mire con molestía -

- dije.. que te paso la sal para que le pongas.. solo no le hables así

- tú ya ni siquiera vives en esta casa.. porque te metes

- porque no ha dejado de ser mi familia

- tu ni siquiera tienes familia eres un maldito huérfano

- si tú hermano es igual a ti yo también quisiera ser huérfano

El azote de unas manos sobre la mesa hizo sobresaltar a Deniska y a Anikka, incluso Yakov cerro los ojos el único que no demostró emoción alguna fue Oleg

- ¿Qué dijiste? - retire mi silla y camine lentamente hasta él - si piensas que eso me lástima.. te equivocas.. ni siquiera estoy seguro de que seas mi hijo

- yo desgraciadamente estoy seguro.. pero desearía no serlo

Oleg se levantó y la mano de Zinov también se alzo pero antes de que pudiera estamparse en el rostro de Oleg fue frenado por la mano de Yakov quien le miro fijamente

- enfrente de la niña.. no - le susurre - al menos ten esa decencia

La madre de Oleg se levantó con un notable rostro de preocupación

- muchachos porfavor..

- si piensas que con gus lloriqueos vas a evitar que les dé su merecido a estos bastardos te equivocas mujer

Oleg le hizo una seña a su mamá y ella tomó a su hija recogió unas cosas y subió las escaleras con ella, Yakov entre abrió sus labios para decir pero un golpe seco lo hizo voltear si cara bruscamente, con su mano derecha se agarró la cara y miro un poco de sangre saliendo de sus labios

- para que la próxima vez pienses en la forma en como me hablas

Sin más aquel hombre de gran altura salió de ahí, Oleg miro a Yakov

- ¿Te dolió?

- no.. como crees idiota

Le soltó un golpe al brazo lastimado y Oleg frunció el seño y le soltó otro golpe a Yakov en el abdomen, este se doblo y solo soltó una risa burlona

"Las pesadillas están en mas que solo en los sueños"

Tú Y Solo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora