Capítulo 42

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El clima se hizo más fresco y los relámpagos en el cielo oscuro empezaron a relucir, la mujer de ojos grandes miro a aquel hombre de cabello oscuro y le sonrió

— Hasta aquí está bien Leandro... Gracias por acompañarnos

— Si así lo desean está bien... No te preocupes... Nada de lo que está diciendo Amadeo será una verdad para Luciano... Él jamás dudaría de ti — mire a Gabrielle — y tú pequeño guerrero, ponte hielo en ese labio para evitar que se te inflame y la cortada te deje se sangrar

— Gracias tío —lo abracé —

— Que tengan buena noche

El hombre se despidió y aquella mujer camino junto la muchacho un par de minutos más hasta que llegaron a casa, al entrar la hermana mayor de Gabrielle se acercó a ellos

— Dios por fin llegan... La bebé lo dejaba de llorar ya no sabía que hacer y luego Gennaro y Gerardo no se han dejado de pelear

— Dios mío Lucia —rei y tome a la bebé — hijo ve por los niños porfavor calmalos y que vengan a cenar

Gabrielle asintió y subió por sus hermanos, la chica miró a su madre y se acercó a ella

— mamá...

— estoy bien cariño — sonreí — estoy bien no te preocupes

— Gabrielle también trae un golpe... ¿Qué fue lo que pasó? — la miré— ¿Fue el tío Amadeo?

La mujer se dio la vuelta mirándole con sorpresa a lo que la joven solo negó con la cabeza y se acercó a su madre besando su mejilla

— No es sorpresa que el tío Amadeo nos odie — reí — pero no importa si te vuelve a hacer algo se la verá con todos nosotros

La mujer le dedico una sonrisa y bese su frente, le dio de cenar a la bebé y la durmió en su cuna, fue a darle las buenas noches a sus hijos y fue a su habitación a descansar

"Millones de batallas se viven en silencio"

7:40 AM Florencia Italia

Los pasillos de la escuela se comenzaban a llenar de estudiantes ya que la primera hora habla finalizado, aquél chico rubio miro el reloj que permanecía sobre el pizarrón y después miro la puerta

Cuando se llegó el final de la primera hora se levantó de su asiento y salió a los pasillos caminando con tranquilidad, se recargo en la entrada de la escuela y cuando vio aquella silueta conocída lo agarro del suéter y lo miro, el chico lo miro con sus grandes ojos negros y le sonrió

— Buenos días Oleg

— Llegaste tarde

— Me quedé dormido, me pasa hasta el más responsable

El rubio abrió ligeramente sus ojos y tomo su mentón percatandose de la partida en el labio de aquel chico y el ligero moretón rojizo que genia parte de su mejilla y pómulo

— ¿Quién te hizo eso?

— ¿Esto? — reí — me caí y es una larga larga historia, pero mi mamá ya me curo

— deberían curarte el cerebro a ver si no se te ocurren mentiras tan absurdas

El rubio comenzó a caminar y Gabrielle se fue detrás de él como de costumbre mientras platicaba algunas cosas e intentaba convencerlo de que se había caído, se detuvieron en el casillero de Gabrielle mientras sacaba sus libros y otra silueta grande apareció al lado de Gabrielle, agarró al chico y le plantó un beso en la mejilla

Oleg levantó su vista al ver aquella acción y cuando miro al hombre hizo algo que muy pocas veces acostumbra a hacer... hacer una expresión y Fruncir el ceño

— Hola Dante — reí y lo abrace — ¡oh quiero presentarte a alguien!

El pequeño joven dijo con emoción pero los dos hombres se miraron de manera seria sin ningún tipo de gesto hasta que Dante decidió sonreírle al rubio pero este solo volvió a Fruncir el ceño ante aquella acción del castaño

— Ya lo conocía... Oleg... Ivanov — sonreí — ¿Cierto?

— si... ¿Cómo lo supiste?

— Oh es que mi familia tiene reuniones con algunos inversionistas de diferentes países — acaricie el cabello de Gabrielle — y en una de esas reuniones conocí a Oleg

El rubio no dijo ni una sola palabra mientras ellos charlaban, solo se dedicó a mirar al hombre con cierto detenimiento, el castaño le extendió la mano para saludarlo pero Oleg no movió ni un solo dedo, entonces Gabrielle rió de manera nerviosa y se acercó a Oleg tomando su brazo

— Es que él... Es algo tímido y no le gusta socializar mucho pero te aseguro que es increíble

— si... No lo dudo, ya hemos convivido antes... Me alegra volver a verte... Oleg

— No te voy a decir lo mismo

Mencionó finalmente el rubio y agarró a Gabrielle lo echó por delante y paso por un lado de Dante chocando con brusquedad sus hombros, el castaño los miro y apretó un poco sus dientes en forma de sonrisa hasta que les perdió de vista en el pasillo

— Maldito perro asqueroso...

1:30 PM

Gabrielle caminaba por el parque mientras Oleg le seguía, se dió la vuelta y miro al rubio mientas se comía un cono de helado

— Has estado muy serio desde que salimos de la escuela

— Así soy yo

— Si... Pero ahora es más de lo habitual

— ¿De dónde conoces a Mancini?

— oh... A Dante lo conozco desde que tenía 11 años — sonreí — pero como él se fue a estudiar a otro país no habíamos hablado... Pero es increíble si el te contara todo lo que ha hecho quedarías maravillado

— Hasta el propio Jesucristo tiene sus mejores Homicidios

— ¿De qué hablas —

El rubio lo miro y no dijo nada más solo se dio la vuelta y siguió caminando, Gabrielle lo alcanzó y lo detuvo

— ¿Quieres venir a comer a mi casa?

— No puedo... Tengo algo que hacer en casa

— Bueno entonces... ¿Me acompañas a compara unas cosas?

El rubio asintió y caminó nuevamente al lado de Gabrielle


Y solo

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Tú Y Solo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora