Tú Y Solo Tú

Capitulo 52

Era temprano por la mañana, el olor a café recién hecho y pan recién calentado inundaba la casa de los D'Angelo, el padre de la casa bajo y se sirvió una taza de aquel café calentito, saludo a su esposa con un beso en la mejilla y otro en los labios, se sentó en la silla de madera que estaba cerca de la mesa en la cocina, levantó su vista hacía su esposa Francesca

— ¿Los niños no van despertado?

— No, de hecho es algo extraño, Lucia casi siempre está aquí a esta hora ya... Debe estar dormida aún

— Que raro, Gabrielle tampoco está por aquí

En ese momento la puerta de la entrada principal se abrió de golpe haciéndolos sobresaltar a ambos y se quedaron mirando al chico de cabellera negra

— Madre mia Gabrielle cuántas veces te tengo que decir que no abras la puerta de esa manera

La mujer palmeó un par de veces su mandil que llevaba puesto sobre aquel vestido de color rojo vino y se acercó hasta el muchacho dando un ligero golpe en su cabeza

— ¡Ay!

— Cariño déjalo es muy temprano

El hombre soltó una sonrisa algo divertida y luego solo bebió de su café nuevamente

— Disculpame mamá, es que venía cargando esto

El chico levantó un poco más una caja de madera llena de manzanas y la mujer asintió tomando algunas para hacer menos la carga a su hijo

— Este año no fue tan malo

— Ya podemos cocinar al pavo cariño

— Papá no porfavor no, no quiero que cocines a Tulio creí que ya habíamos quedado con eso

— Vamos hijo, tus hermanos mayores llegarán pronto a casa, ¿no quieres recibirlos con una buena cena?

— Si... Pero es mi pavo papá, porque mejor no le decimos al tío Leandro que consiga la comida, él siempre trae comida buena de animales que no conozco

— Mio Dio, ¿Qué haré contigo hijo mío?

El hombre río y revolvió la cabellera del chico, la madre negro con la cabeza y sonrió

— Gabrielle deberías de invitar a Oleg y a Dante a que vengan a casa ese día a la cena

— ¿De verdad mamá? — sonreí enviando — ¡Claro le diré a Oleg!

— Y no te olvides de Dante

— Yo no lo quiero aquí, y menos cerca de mi hermano

Aquella voz femenina hizo que todos se giraran hacía ella y la miraran fijamente, era Lucía la hermana de Grabrielle

— Lucia

— Tu cállate Gabrielle, solo no lo traigas

— No le hables así a tu hermano Lucía, ya hemos hablado del respeto entre ustedes

— Papá no me agrada ese tipo

— No es mala persona Lucía, si lo conocieras

— Cuando tu no estas, él es diferente Gabrielle, no es quien tu piensas

— Lucia basta cariño... Porfavor ve a despertar a Gennaro y a Gerardo para que vengan a desayunar

— Si mamá

La chica no dijo más y solo bajo la cabeza subiendo de nuevo las escaleras de madera, la mujer miro a su hijo y respiró hondo

— Gabrielle, hoy sábado te toca ir por la despensa al pueblo, no vallas a tardar mucho

— está bien mamá, iré rápido

La mujer sonrió y beso la frente del muchacho, este sonrió y se despidió de ella con un abrazo, también fue a la cocina a despedirse de su padre y posteriormente a eso salió de la casa, tomó su bicicleta y emprendió camino

Al llegar al pueblo se bajó de la bicicleta y llegó al taller de su abuelo Leandro hermano de su padre

— Buen día tío

— Buen día hijo, que bueno tenerte por acá

— Bueno es que es sábado — sonreí —

— Cierto, hoy te toca venir por las compras de tu madre

— ¿Sabes que papá ya regreso a casa?

— Si hijo, se pasó por el taller antes de ir a casa, aunque no se quedó mucho, estaba ansioso por verlos

— Lo extrañamos mucho no tiene idea — reí — ¿Me da permiso de dejar mi bicicleta aquí?

— Si claro, anda, yo te la cuido

— Muchas gracias tío Leandro, volveré enseguida no tardaré mucho

— Está bien sabes que está en buenas manos

El chico sonrió y salió corriendo entre las calles, entro a una tienda donde las frutas cubrían aquellos estantes, Gabrielle se acercó al mostrador y miro a la mujer

— Buen día, disculpe, el pedido de la señora D'Angelo... Soy su hijo Gabrielle

La mujer asintió con una sonrisa y se metió a la bodega, Gabrielle saco una manzana de su pequeño morral, la limpió un poco en su camisa y estuvo a punto de morderla cuando alguien la quitó de sus manos

Gabrielle alzó su vista y vio a aquel chico castaño de ojo miel quien mordió la manzana y miro a Gabrielle con una gran sonrisa mientras masticaba, el chico se quedó mirándolo unos segundo y luego le dedico una pequeña sonrisa

— Dante...