2: Frank Iero No Es Una Prueba De Embarazo

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Gerard lo conoció hace cuatro años, cuando tenía quince, él era un poco mayor. Era todo lo que un adolescente Gerard Way drogado podría desear, y tal vez incluso un poco más, pero de ninguna forma fue nada especial, aun así, era suficiente para preocupar su mente a menos de cuatro años después, en una ciudad completamente nueva.

Porque habían terminado: habían terminado al menos unas veinte veces, pero a pesar de eso, a pesar de cada despechado y significativo insulto, nunca fue algo realmente físico como para evitar que Gerard pensara en él.

Ni siquiera era tan guapo, ni siquiera era tan especial, de hecho, no había absolutamente nada especial en su casi novio de su antigua ciudad. De hecho, el chico era algo desastroso, desaliñado, y estaba intoxicado en el mejor de los casos, pero hace cuatro años, podría decirse lo mismo de Gerard, aunque ahora, le gustaría decir que las cosas habían cambiado un poco.

Se había quitado la barba de tres días al menos, y la apariencia de zombi en sus ojos de insomnio, y la gran cantidad de moretones alrededor de sus clavículas: a veces eran chupetones, a veces no. Pero lo mismo podía decirse de él.

Él.

Casi se sentía siniestro, como si su novio fuera una especie de sombra a la cual temer y no un veinteañero drogado llamado Bert McCracken, quien apenas estaba sobreviviendo a la universidad en la siguiente ciudad.

Él no era algo especial, y ambos lo sabían, aun así, Gerard estaba 'obsesionado', a Gerard le importaba y se preocupaba por cada diminuto aspecto de su 'relación', porque siempre estaba ahí, al menos hasta cierto punto, y la distancia no había probado romper esto, al menos no todavía.

Gerard le había enviado un torpe mensaje de buenos días hace una hora, a pesar de saber que este nunca se levantaba antes de las once, aun cuando tenía que ir a la escuela, porque vamos, al chico simplemente no le importaba, y no podía más que admitir que le gustaba eso de él.

Siempre era tan casual, tan fácil, y la mayor parte del tiempo ambos estaban tan intoxicados como para siquiera notar el mundo a su alrededor, y a Gerard realmente le gustaba eso, pero esto era la abstinencia, porque Bert era una especie de droga, y no solo un proveedor, y vamos, encontrar dónde conseguir drogas en esta ciudad estaba siendo un completo dolor en el trasero.

A Bert simplemente no le importaba: ambos hablaban de todo, y Bert simplemente daba un asentimiento ebrio como respuesta, sin importar si era un '¿quieres algo del Starbucks?' o '¿puedo follar con este chico ardiente que conocí en una fiesta anoche?'. Bert no veía realmente el punto en los aspectos tradicionales de las 'relaciones' o los aspectos tradicionales de lo que sea: todo era muy poco convencional con él y para el adolescente hambriento de rebelión, eso había sido exactamente lo que necesitaba.

Se conocieron en una fiesta.

El Gerard Way de quince años no solía frecuentar fiestas, pero Jeph lo había convencido: algo sobre ser su mejor amigo y esa chica de su clase de inglés que le había pedido a Gerard una cita la semana pasada, y Jeph se había sentido personalmente ofendido cuando Gerard la rechazó.

Gerard no solía ser invitado a citas, y sobre todo no por chicas lindas que les gustaba la poesía de mierda que el maestro le hacía leer en clase, pero tal vez Gerard no quería ir a citas con chicas lindas que les gustaba la poesía y siempre llegaban a tiempo a clase.

No es que fueran chicas.

Gerard no era gay. Demonios, no tenía la más mínima idea de qué era a la madura edad de quince, no es necesario decir, que Bert le había ayudado un poco; no fue él directamente, sin embargo, más bien los lugares a los que lo había llevado, la gente que le había presentado, y la clase de orgías en las que un chico de dieciséis no debería estar involucrado nunca.

El Club De Élite De Personas Que Han Visto Desnudo a Gerard Way (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora