Pete sabía que no debería sacar a Mikey, sobre todo por el estado en que se encontraba y la amenaza de la señora Way, pero no podía deshacerse de la sensación que tuvo cuando vio al más alto a los ojos; la sensación de que, aunque estaba vivo, Mikey no estaba cerca de vivir.
Y sonaba terriblemente poético, y tal vez incluso rayando lo absurdo, pero sabía que tenía que poner una sonrisa en el rostro de Mikey, y esto fue lo primero que se le vino a la cabeza, porque después de todo, estaba bastante seguro de que la señora Way había mantenido a su hijo menor encerrado en casa la última semana.
No es como que no tuviera sus razones, claro, pero Pete estaba con Mikey ahora, así que estaría bien, y se prometió a sí mismo cuidarlo y no dejar que una sola cosa le pasara al chico que tembloroso trepaba por la valla del jardín trasero.
Mikey era como un niño: demasiado emocionado, con la adrenalina a tope por hacer algo que no debía, y Pete pasó por alto lo desconcertante que era por el simple hecho de que estaba sonriendo, porque eso era lo que intentaba lograr en primer lugar, ¿no es así?
"¡Juro que esa jodida valla me odia!" Mikey exclamó cuando finalmente logró saltarla, sacudiéndose un poco, mientras le lanzaba una sonrisa a Pete, "gracias por ayudar a fugarme, eres como un príncipe encantador pícaro o algo así."
Pete rio ante eso, sonrojándose demasiado, porque al parecer Mikey simplemente se había negado a encender el botón no homo esta mañana, lo que estaba teniendo consecuencias maravillosas, en su opinión, al menos. "De nada." Añadió, empezando a caminar por el callejón trasero de la casa de Mikey, dejando al más alto seguirlo entre la oscuridad, hacia un destino que solo él sabía.
En serio, Pete podría secuestrarlo y matarlo, o al menos planear hacerlo y, aun así, Mikey lo habría seguido y escuchado cada palabra sin preguntar, y eso era o lo mejor o lo peor del mundo.
"Extrañaba esto..." Mikey empezó, alcanzando a Pete, "¿sabes? Solo... el mundo, y... caminar, a ti, al aire, y yo... no lo sé... realmente no lo sé, la cagué, ¿verdad?"
"Supongo." Pete se encogió de hombros, un sonrojo abrazando sus mejillas.
"Realmente no quería matarme, fue algo del momento, y demasiadas pastillas y resultó en eso, no creo estar listo para vivir con las consecuencias, pero tengo que, ¿no es así?"
Pete asintió, deteniéndose solo para mirarlo por un momento, "en serio me alegra que no lo hicieras – también a tu mamá y a Gerard, y a todos, a tantas personas, Mikey, importas demasiado."
"Sí... mira... fue solo una... cosa... como una cosa momentánea, y yo... pastillas... voy a culpar a las pastillas, Pete." Y luego hizo una pausa, "déjame hacerlo."
"¿Qué?" Pete lo miró con expresión confusa.
"No quiero enfrentar la responsabilidad y las consecuencias, solo... quiero fingir que esto no fue mi culpa, y quiero que alguien me crea. Puedes hacer eso por mí, ¿no?"
"Yo... puedo intentar..." Pete no estaba completamente seguro de qué pensar de esto, y solo siguió caminando, esta vez en silencio, mientras Mikey empezaba a temblar un poco a su lado, y Pete quiso preguntar: todo, pero no se atrevió, porque no se atrevía a saberlo, y no se atrevía a imaginarlo, y tal vez, solo tal vez, también quería pretender que todo estaba bien. "De acuerdo." Añadió, tal vez muchos minutos después, tomando a Mikey por sorpresa cuando lo hizo.
"¿Eh?" Mikey abrió los ojos en grande, habiéndose perdido en sus pensamientos hasta que Pete habló.
"Puedo creerte: quiero, lo hago. No es tu culpa, Mikey, está bien, todo está bien, solo quiero que todo esté bien." Soltó un suspiro, y apresuró su paso: ambos acercándose al borde de la ciudad cerca del lado: el lugar al que llevaba a Mikey.
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El Club De Élite De Personas Que Han Visto Desnudo a Gerard Way (Español)
Fiksi PenggemarFrank es un estudiante de preparatoria irremediablemente chaparro, irremediablemente desesperado, y básicamente desesperanzado, cuyo único amigo es el chico asombrosamente alto del afro: Ray Toro. La escuela es mundana, la escuela es solo, bueno, la...