La mañana siguiente, la cabeza de Mikey era como la mañana después de un tornado: todo el lugar destruido, pero no desaparecido, y sabía que tenía que arreglar todo esto, poner las piezas juntas de nuevo, y sabía que sería difícil, y casi que imposible, pero tenía pocas opciones, y sabía eso con certeza mientras miraba por su habitación y veía a Gerard acurrucado al otro lado de su cama.
Gerard no había confiado en dejarlo solo esa noche; Mikey no habría confiado en sí mismo para estar solo, pero igual anhelaba soledad y un mundo con las pastillas y una noche donde todo tuviera sentido, pero tenía que enfrentar la realidad y, más importante, a su hermano.
Porque Gerard lo había visto todo y aun así no dijo nada, y tal vez eso era peor, porque ahora, mientras dormía, su mente estaba asimilando y haciendo suposiciones que significaban muy poco, y a la vez demasiado, pero nunca se adherirían a la verdad, y tal vez Mikey lo prefería de esa forma, pero tal vez no.
De hecho, su cabeza no estaba cerca de estar bien como para hacer suposiciones, o cualquier tipo de decisión en todo caso, y sabía eso mientras yacía ahí en la cama, sus ojos fijos sobre el techo blanco, limpio, y el desastre en su cabeza que simplemente no estaba cerca de estar así de limpio.
Quería salir.
Quería salir de su propia jodida cabeza, y tal vez las pastillas pudieron haber logrado eso, pero igual, Mikey consideraba que no quería hacer eso.
No quería hacerle eso al chico acurrucado al otro lado de su cama, su hermano quien lo amaba mucho, tal vez incluso demasiado; el hermano que se esforzaba una y otra vez, y el hermano que de ninguna forma era perfecto, pero fácilmente era el mejor hermano del mundo.
Y mientras apartaba su atención de Gerard, se dio cuenta que no quería lo mismo para Pete tampoco, quien era todo sonrisas y promesas, e ideas estúpidas, y tenía la habilidad de hacerle sonreír como un idiota a pesar de las circunstancias. Pete era la peor persona del mundo, y la mejor persona al mismo tiempo, pero a pesar de lo que pensaba de él, sabía que necesitaba a Pete completamente.
Y necesitaba a Gerard.
Y a su mamá, y a Frank, y a cualquiera que le haya importado por tan solo un momento.
Y con eso, la motivación vino, y Mikey Way se sentó en la cama, y de alguna forma, el mundo logró presentarse tan diferente desde esta perspectiva, porque era menos techos blancos y simplicidades que Mikey apenas y celaba, y era mucha más luz solar, y paredes familiares, y un cuarto familiar, y una casa familiar.
Miró entre su celular y su hermano; miró entre Pete y Gerard, y no podía tomar una decisión, pero tenía que, después de todo, simplemente podía decirle a Gerard que estaba despierto, mientras que Pete necesitaba saber que estaba vivo.
Y joder.
Joder, ¿qué debió haber pensado Pete?
Dios, su cabeza ciertamente no funcionaba bien en ese estado en absoluto, y tal vez ese era su más grande defecto, y dios, ni siquiera miró los otros mensajes de Pete, simplemente escribió un rápido:
'Lo siento, estoy bien, estaba jodido pero estoy bien ahora.'
Y dejó su celular, antes de voltearse hacia Gerard y preguntarse por dónde podrían empezar, porque tenían que hacerlo, y lo harían, empezar en algún punto, y Mikey estaba tan nervioso y haciendo suposiciones falsas que Gerard no podía hacer nada al respecto cuando estaba ahí dormido sin saberlo.
Y tenía que romper esta tensión en su cabeza pronto, pero no tenía el valor, y después de todo, Gerard se veía tan pacífico durmiendo, y no estaría para nada igual de pacífico una vez volviera a la horrible realidad de lo que su hermano estuvo a punto de hacer la noche anterior.
ESTÁS LEYENDO
El Club De Élite De Personas Que Han Visto Desnudo a Gerard Way (Español)
FanfictionFrank es un estudiante de preparatoria irremediablemente chaparro, irremediablemente desesperado, y básicamente desesperanzado, cuyo único amigo es el chico asombrosamente alto del afro: Ray Toro. La escuela es mundana, la escuela es solo, bueno, la...