Han pasado tres meses desde que Mónica cogió aire al ver que Rafael quería hablar con ella y le devolvió la llamada temblando.Aunque él no ocultó que estaba muy dolido, le dijo que para no hacerle daño a su hija había decidido aceptar que llegaran a un acuerdo que les beneficiara a todos. Mónica se sintió aliviada al oír sus palabras y le dijo que hablaría con su abogado para hacerle una propuesta.
Tras darle instrucciones a Román, le mandaron un borrador con las cláusulas del divorcio y evitaron cualquier contacto con el padre de Mónica, que hubiera hecho lo posible por entorpecer las cosas.Dos días después, Rafael aceptó quedarse con la casa y con la mitad del dinero ahorrado en los últimos años a cambio de compartir la custodia de Alexa con Mónica, porque por encima de todo quería que la niña no saliera perjudicada y sabía que no ver a su madre la hubiera hecho sufrir.
Los papeles ya están firmados y sellados, y Mónica es una mujer libre.Hace unas semanas contrató a una empresa de mudanzas y se instaló en casa de Vanesa, que ahora también es la suya.La mayor parte de las cajas siguen precintadas porque están buscando un piso más grande donde Alexa tenga su propia habitación y en el que crear un nuevo hogar para iniciar su vida en común.Pero en las estanterías del comedor destaca una de las posesiones más preciadas de Mónica:la caja con los adornos de su primera Navidad juntas.El día del traslado se la regaló a Vanesa para recordarle que ni siquiera cuando estuvieron separadas dejó de amarla, y están deseando volver a utilizarlos durante muchos años.
Alexa pasa la mitad del mes con cada uno de sus padres, y no parece afectada por la nueva situación porque lo vive como una aventura.Le encanta la idea de tener dos casas y se lleva muy bien con Vanesa, que pasa horas en su estudio dibujando con la niña cada vez que se queda unos días con ellas.
Por primera vez en mucho tiempo, Mónica es plenamente feliz y, aunque ha roto la relación con sus padres y no mantiene ningún tipo de contacto con ellos, tiene todo lo que desea:a Alexa, a Vanesa y un trabajo que le encanta.Además, sabiendo que finalmente ha cumplido con la promesa que le hizo en su día, Mónica llamó a su querida Rosa hace unas semanas para decirle que está enamorada de Vanesa, una mujer maravillosa que espera presentarle muy pronto.
Hoy es el lanzamiento de la campaña del perfume y Mónica llega a casa, su hogar, con una gran lámina envuelta en papel de regalo.Ha trabajado muy duro los últimos días y no ha podido estar con Vanesa tanto como hubiera querido, pero esta noche es para ellas porque Alexa está con su padre. Mónica entra con sus llaves y llama impaciente a Vanesa, que está encerrada en el estudio preparando la exposición que inaugurará el próximo mes.
Vanesa aparece con un pincel en la mano y la camiseta manchada de pintura, y se acerca sonriente para saludarla con un beso en los labios. Mónica le entrega el regalo, y Vanesa repasa mentalmente si se le ha pasado por alto alguna fecha importante.Al abrirlo, descubre el anuncio del que no ha querido contarle demasiados detalles.En él aparecen las manos de dos mujeres y una de ellas tiene la cara cerca de la muñeca de la otra y la está oliendo.Junto a la marca del perfume se lee un eslogan que Vanesa conoce muy bien y le trae buenos recuerdos:Cómo he echado de menos tu olor. Vanesa sonríe y besa a Mónica con todas sus fuerzas sabiendo que ya nada las podrá separar.Al tenerla entre sus brazos, Mónica recuerda la frase que le cambió la vida, la que ahora mismo resuena en su cabeza: *Pide un deseo.*