Capitulo 6

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-Estas de muy buen humor. -Mencionó May mientras le trenzaba el cabello.

-¿Se nota mucho? -Intento no sonreír, su amiga soltó una sonora carcajada-: Piensas que lo que estoy haciendo está mal, ¿verdad?

-No lo creo, ustedes pueden ser amigos y eso no tiene nada de malo.

-Tienes razón... Hoy me gustaría ir a ver a Drogon, anoche lo ví durmiendo.

-Anoche hiciste muchas cosas. -Nymeria sonrió levemente.

-¿Qué fue lo que le dijo Joffrey a mi abuelo acerca de este viaje?

-Que era para comprometer a Laena con Aemond y creía que sería bueno que vieran a toda la familia junta. -Nymeria guardó silencio mirando un punto fijo de su collar de diamantes, May la miró atenta-: Él te gusta, ¿verdad?

-No, claro que no solo somos amigos, eso es todo. -Fingió una sonrisa-: ¿Puedes pedir que me traigan el desayuno hasta aquí? Quiero aprovechar la mañana para leer un poco, ya sabes, asuntos de Estado y esas cosas.

-De acuerdo, daré aviso en la cocina y te traeré el desayuno.

Se sacó su anillo y las joyas, dejó la tiara a un lado, caminó hasta un estante, agarró el primer libro que encontró y se sentó en el escritorio, releyo un párrafo cerca de tres veces, molesta espero el desayuno. Ni siquiera tenía hambre por lo que se quedó mirando la comida un rato en silencio:

-No es justo. -Susurró antes de morder un trozo de pan.

-¿Que no lo es?

-Todo, no es justo que sea yo quien cargue con todo el peso y quien tenga que resignarse por el bien de los demás, estudio de todo, me encargo de que mi reino sea lo mejor posible, hago alianzas, entreno ¿porque debo ser yo quien tenga que ceder? -Se levantó de su asiento y miró a su amiga-: No hablo de casarme May ni de comprometerme, hablo de vivir, la única vez que me sentí sin obligaciones y me olvide de todo fue escapando de esa cena, huyendo de la soledad que sentí al ver a todos felices, no es justo que ellos se diviertan mientras sea yo quien se responsabilice de todo lo que ellos deben hacer.

-Dilo, sé que quieres hacerlo. -La incentivo May, sabiendo que su amiga se estaba desahogando.

-No lo amo, no creo amarlo pero ¿acaso no tengo derecho a vivir mi propia historia de amor? Me guardé tantos días, intento hacer las cosas bien y la única vez que consigo sentirme bien con todo es con el futuro prometido de Laena y se siente horrible porque no puedo hacerle eso a mi hermana, no puedo dañarla, no quiero hacerle eso. -Se sentó nuevamente mirándose las manos unos segundos en silencio, soltó una pequeña risa-: ¿Crees que me volví loca?

-Creo que tienes la razón, desde que somos amigas sé lo mucho que te esfuerzas por todo y todos, nadie reconoce eso ni siquiera Aerys, pone tanto peso sobre tus hombros sabiendo que a la larga el pueblo hablara y no será a Joffrey a quien elijan, esta bien que digas lo que sientes.

-No lo está, me estoy dejando llevar por lo que siento y eso no está bien, debo pensar con la cabeza fría.

-Deberías dejar de ser cabeza dura a veces y hacerle caso a tu instinto.

-Como sea, será mejor que estudie.

Llegada la noche, Nymeria seguía en su cuarto, se había puesto su vestimenta para montar, se saltaría la cena, estaba negada a ver a alguien. May se retiró de la habitación en la tarde, Nymeria estaba terminando de arreglarse cuando escuchó golpes por detrás de un tapiz, creyó que eran ideas suyas y volvió a mirarse en el espejo, los golpes volvieron a sonar, sacó una daga de abajo del tocador y se acercó al tapiz, lo corrió y la daga chocó con la pared, los golpes reaparecieron, Nymeria golpeó sus huesudos nudillos contra los ladrillos, una puerta secreta se abrió:

Nymeria TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora