Capitulo 15

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 Nymeria intentaba tranquilizarse, sentía que necesitaba tomarse un momento para respirar y relajarse pero no podía permitírselo, debía cumplir con sus responsabilidades y ser la representante de la corona. Habló con los Lores, uno de ellos salió alegre del lugar para retirarse hasta su alojamiento, Cregan intercambio un par de palabras con su nieta. Ambos mantenían una relación distante pero a su vez cercana, Nymeria sentía admiración hacía él, Cregan era más joven que Joffrey, no se llevaban tanta edad pero sí una notable madurez que distinguia a Cregan, él encontraba a Nymeria como una joven preciosa pero sumamente inteligente y cautelosa, sabía que si ella movía alguna ficha del tablero era porque un gran motivo se encontraba detrás, ambos confiaban mutuamente en el otro y en sus habilidades.

La joven Targaryen no había podido dormir aquella noche, nadie le respondía acerca de su abuelo, le había mandado un cuervo con la noticia a Aemond pero dudaba que le llegará a tiempo, no podía descansar. Cuando el sol salió ella seguía acostada en su cama, mirando algún punto inexistente en el techo.

Los rumores sobre la salud de Viserys empeorando comenzaban a ser cada vez más fuertes, Daemon sabía que una guerra sería inminente y necesitarían asegurarse aliados, El Norte era un territorio fuerte custodiado por tres dragones y cientos de soldados entrenados:

-¿En que piensas, querido? -Le preguntó su esposa observandolo intrigada.

-En caso de que hubiera una guerra, necesitamos asegurar aliados.

-¿Qué es lo que tienes en mente?

-Tendríamos que asegurar nuestras alianzas, El Norte es una alianza que debemos mantener a nuestro lado. -Rhaenyra suspiró, Daemon tomó un sorbo de vino.

-¿Qué es lo que propones, Daemon?

-Nymeria es quien tiene el completo control del territorio, podemos unirla con Jace, si la tenemos de nuestro lado también tendremos al Norte.

-No lo sé Demon, no lo sé.

-Tendríamos que ir a visitarlos, aún no hemos conocido a Cregan, sería interesante comprobar lo que dicen de él.

Nymeria apenas había cerrado los ojos cuando escuchó la voz de May en la habitación, no le respondió, no tenía ánimos para hacerlo. May volvió a las horas después:

-Nymeria.

-¿Murió? -El silencio que hubo hasta que su sirvienta le respondió le pareció eterno.

-Se encuentra mejor, vengó aquí por otro motivo.

-No quiero salir de la cama, deja que Joffrey se ocupe, luego arreglaré los desastres que haga.

-No es sobre eso.

-¿Y entonces sobre qué es?

-El príncipe Joffrey la manda a llamar.

-Puedes mandarlo a la mierda por mí.

-Dice que es urgente, mencionó algunos asuntos de Estado que se deben solucionar hoy mismo.

La joven suspiró, su amiga le acercó ropa para que se vistiera, Nymeria ni siquiera parecía estar presente del todo, parecía un fantasma que deambulaba por los largos pasillos, se sentía completamente abatida, creía ser completamente culpable de lo que le estaba sucediendo a su abuelo. Entró a la sala de reuniones, Joffrey ya la esperaba ahí y le fastidió que su hija entrará arreglada, detestaba que ella fuera perfecta ante los ojos de Aerys y de cientos de personas más:

-Toma asiento. -Le indicó.

-Acabemos con esto de una vez, ¿qué es lo que quieres?

-Me gusta ver que aún tienes entusiasmo después de lo que le provocaste a mi padre.

Nymeria TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora