Capitulo 9

134 9 0
                                    

-Buen día.

-Buen día abuelo. -Le sonrió desde la puerta, trataba de verse segura-: Buen día John.

-Buen día princesa.

-¿En qué puedo ayudarlos? Pensé que desayunariamos juntos, iba a ir en unos minutos.

-¿Ese vestido no es el que estabas usando anoche?

-Sí, pero anoche volví a quedarme dormida al lado de Drogon. -Caminó hasta su escritorio y se paró a su lado.

-Esta bien, te creo. -Respondió el rey luego de un largo e incómodo silencio-: Necesito que hables con Laena, estuvo en mi habitación desde antes que el sol saliera mencionando lo mal hermana que eres por algo que sucedió en la cena.

-Ah si, sabes como es ella, no dijimos nada que fuera mentira.

-La llamaste estupida.

-¿Y no crees que lo sea? Abuelo, es una niña que cree que por casarse mágicamente gana la madurez de alguien sabio y no es así, ambos sabemos que no es así.

-¿Esto no tiene nada que ver con Aemond? -Preguntó con desaprobación.

-No, no se trata de él, toda la situación de la cena parte de que Laena no sabe comportarse pero si te hace sentir mejor intentaré hablar con ella.

-De acuerdo, arréglate y ve a desayunar, luego quiero que me ayudes con unos documentos.

-Claro que si abuelo, con gustó lo haré.

Una vez que ambos se retiraron, Nymeria se recostó unos minutos en completo silencio tratando de calmarse, se sentía culpable por mentirle dos veces seguidas y que él le creyera, no había pasado tiempo con Drogon anoche porque el tiempo parecía haberse esfumado cuando se despertó esa mañana y una parte de ella sabía que su forma de reaccionar acerca de anoche se relaciono con que su hermana iba a casarse con Aemond, Nymeria aseguraba que solo le atraía y que no creía que esa atracción fuera más allá de eso, no pensaba en casarse con él. Entonces, la realidad iluminó su mente y la sintió como si fuera una gran cascada de hielo cayendo sobre su cabeza y congelando hasta la punta de sus pies, observando algún punto inexistente en el techo pudo comprender lo que sucedía y lo odio, lo odio completamente.

Caminó amargada hasta el baño, su tina ya estaba preparada, metió su mano para sentir la temperatura del agua, estaba tibia, se sacó toda su ropa y de apoco se fue acomodando y su cuerpo relajando, no se sentía de mucho humor, el resto del día la situación no mejoró. Desayunó en su habitación con documentos que su abuelo le había encomendado, cerca del atardecer fue cuando finalmente tuvo un poco de tiempo libre se cruzó con Aemond mientras ella subía un par de escalones:

-Te estuve esperando. -Nymeria se detuvo a verlo-: Creí que volverías.

-Tenía obligaciones con las cuales cumplir.

-¿Eso tendría que reconfortarme?

-Tal vez. -Le respondió divertida.

-Auch.

-Tampoco fue para tanto, podríamos tomar algo de té juntos si te apetece.

-¿No tienes más obligaciones que atender?

-¿Lo preguntas para sentirte importante?

-Alguien anda de malas hoy.

-Si tu lo dices.

-Princesa. -Ambos se voltearon y miraron atentos a May, la cual sonreía ampliamente-: El rey solicita su presencia en la entrada del castillo.

-Nos vemos más tarde. -Le aseguró con una sonrisa, bajó un escalón y May volvió a hablar.

Nymeria TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora