Capitulo 35

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Terminó con el veneno mucho antes de lo planeado, todo había salido a la perfección, se dirigió por el callejón hasta encontrarse con el cliente, recibió el oro y finalmente volvió al castillo. Esperaba que con eso la guerra se calmara un poco, sabía que las tropas lideradas por Stark no abandonarían la pelea así falleciera Rhaenyra, Nymeria odiaba los momentos que estaban viviendo, el invierno estaba siendo más duro de lo previsto, la reina comenzó a volver a pasar un día a la semana con su pueblo, se obligaba a seguir adelante:

-¡¿Cómo has podido?! -Le gritó furiosa-: Te encargue a ti que reclames a Sunny, era tu responsabilidad Erryk.

-¡Yo no quería el dragón!

-¡En ningún momento te pregunté si lo querías o no, te ordené que lo hicieras! -No era una típica mañana, ambos hermanos no se encontraban de buen humor, John prefirió retirarse de la habitación cuando los jóvenes comenzaron a gritar, intentó apaciguar la situación previo a marcharse pero al ver que su esfuerzo era ignorado optó por esperar fuera de la sala-: ¡Era tu obligación!

-¡Yo no quiero a Sunny, quédatelo tú si tanto lo quieres!

-¡Te ordené que domaras a ese dragón, que lo reclamaras, no que se lo dieras a la bastarda de tu esposa!

-¿Todo esto es porque mi esposa es bastarda?

-No tiene nuestra sangre por ende no merece un dragón, ¿quieres más sencilla la ecuación?

-La llamaste bastarda, ¿es por eso que no la aceptas ni a ella ni a mi hija?

-Podrías haberte conseguido algo mejor, alguien de tu talla, de la talla de nuestra casa, podrías haberte casado con cualquiera de las hijas de Daemon pero en cambio preferiste a Sara y encima ahora estás empecinado con regalarle a Sunny, si fuera Targaryen no me molestaría pero darle el símbolo de nuestra casa a cualquiera no es lo correcto.

-Por los Dioses. -Suspiró frustrado-: ¡No quiero a Sunny!

-¡¿Cuando te pregunte si lo querías o no? Ahora vas a ir y lo reclamarás, nada de andar regalando dragones a cualquiera!

-¡No es una cualquiera, es la madre de mi hija, es mi esposa!

-No tiene nuestra sangre y si mis hijos no tienen dragones ningún niño los tendrá. -Se adelantó a que Erryk respondiera, este la miraba con el ceño fruncido-: Así que vas y apoyas tu maldito trasero en la silla de montar de Sunny.

-¿Y por qué no lo haces tú?

-Drogon se la comería en un abrir y cerrar de ojos, deja de decir estupideces y haz lo que te ordene.

-Es el dragón de Sara.

-Si tu esposa llega siquiera a acercarse a Sunny, todos ustedes serán desterrados. -Erryk la observó sorprendido, su hermana no parecía estar jugando-: Piensa bien en lo que harás.

-Si yo fuera Aemond también hubiese buscado a alguien más. -John, quien estaba pegado a la puerta escuchando la conversación no pudo evitar demostrar su sorpresa, Nymeria miró en silencio a su hermano, ninguno dijo nada, Erryk cayó en la cuenta en lo que le había dicho, la reina estaba procesando la situación-: Lo siento.

-¿Cómo se supone que confíe en ti luego de que admitiste que tu tambien me traicionarias?

-Nymeria, no quise decirlo en serio.

-Pero lo dijiste, ya es tarde para arrepentirse, si tu no quieres a Sunny está bien, se lo daré a Gaemon cuando mis hijos vuelvan o lo dejaremos en libertad cuando todo acabe, ahora vete, no me importa a dónde ni con quien pero quiero que te marches por las buenas antes que pedirle a mis guardias que te escolten.

Nymeria TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora