Capitulo 4

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En su doceavo cumpleaños se encontraba junto a la anciana del bosque, agarró su propia taza de té y leyó las hojas, parecía un reloj de arena, dijo que no sabía a lo que se refería. Hacía días que se encontraba desanimada, May le había comentado acerca de la posibilidad de que su padre le arreglara un matrimonio por lo que ya tampoco pasaban tanto tiempo juntas como les gustarían:

-Niña, por más que intentes engañarme sé que sabes lo que lees. -Nymeria suspiró-: No, no comiences con tus suspiros.

-Veo lo que parece una gema. -Respondió con amargura-: No quiero ver gemas, quiero ver el futuro.

-Lo estás viendo.

-No, no lo estoy, si lo estuviera estaría viendo algo interesante.

-No estás abriendo tu mente y si no lo haces no interpretas -La golpeó con un pergamino en la cabeza, la joven la miró con mala cara-: Vamos a interpretar con el fuego, a ver si con eso dejas de mentir. -Le pasó una antorcha prendida.

-Quiero aprender algo más, ¿cuando avanzamos a los pactos de sangre?

-Cuando dejes de estar tan deprimida, ahora interpreta, si no interpretas no avanzamos.

-Yo sé que en el fondo sientes algo de cariño hacía mi -Depuró su mente de cualquier pensamiento y dejo cualquier tipo de emoción o sentimiento atrás, centró por completo su atención en el fuego-: Hay un reloj de arena, el tiempo está corriendo, la corona del rey Viserys está sobre la cabeza de alguien pero no puedo ver quien es.

-Nymeria, creo que eso es suficiente por hoy. -Aconsejó la anciana, sabiendo que si las visiones incluían al rey Viserya y a los dragones, se trataba de la guerra que se avecinaba.

-No, hay más, hay un anillo, se avecina un compromiso -Agudizó más la vista-: Lobos, los Stark están enojados, están afuera del castillo. -Hizo una mueca-: Drogon se comió a uno esta mañana. -Susurró para sí misma.

-Nymeria, es suficiente.

-Un pergamino, es un mensaje, no alcanzo a leerlo. -Miró confundida-: Ahí está de nuevo esa gema.

-Dije suficiente Nymeria. -Apagó el fuego y la observó enojada-: Tienes que aprender a cuando detenerte.

-Lo siento, tengo que seguir aprendiendo.

-Mañana aprenderemos la poción que te mencione.

-Esta bien.

-Vete con cuidado.

Al salir de la choza, vió entre los arbustos un par de ojos que la observaban atentos, le hizo una seña para que la siguiera, Cregan debía estar cerca. Caminó en silencio seguida por el lobo a una distancia prudente, en el camino meditaba acerca de lo visto en el fuego sin embargo un pensamiento recurrente era el que cruzaba por su mente, ya estaba en edad para el matrimonio, tenía suerte de que aún no arreglaran un compromiso pero reconocía que su propio tiempo se estaba agotando, en el tiempo que había pasado no negaba el hecho de qué en algún momento del día pensaba en Aemond aunque sintiera que no podía hacer nada al respecto.

Se despidió moviendo la mano y sonriendo al lobo, entró nuevamente al castillo, caminó en silencio por los largos y anchos pasillos, su largo cabello ondulado caía por sobre sus hombros, no le sorprendió que sus hermanos no anduvieran dando vueltas como de costumbre, aquello solo terminaba de confirmar lo que pensaba:

-Princesa, el rey desea que vaya a la sala del consejo con suma urgencia.

Caminaba con su espalda derecha, dando pasos seguros, respirando profundamente, hacía tiempo que no veía a los Stark, guardaba distancia con ellos. Intentaba parecer tranquila y que la situación fuera lo más cotidiana posible, trataba de dejar los pensamientos a un costado, los guardias abrieron las puertas, uno anunciando su entrada:

Nymeria TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora