Sira:
Al llegar a la oficina lo primero que no noto en mi escritorio es mi café de todas las mañanas. Lo que me hace volver afuera y buscar a Elizabeth.
-¿Donde se metió esta niña?-susurro para mí para buscar en su lugar, su propio escritorio en una oficina pequeña.
Esta... Vacío.
-Olivia-la llamo cruzando mis brazos, a lo que ella de inmediato va hacia mí.
-Detective Spencer-saluda.
Pero no estoy de humor como para aceptarlo o devolverlo.
-¿Donde esta Elizabeth? No está mi café en mi escritorio mi tampoco los archivos que te pedí.
-Los archivos dijo que se los mandará a casa detective-la miro, claro, ¿cómo es que lo había olvidado?
-¿Y mi café?-alzo las cejas.
-Ella firmo su solicitud.
-¿Que solicitud?-algo más ocupa mi cabeza y por eso estoy olvidando todo.
¿Pero que es lo que me pasa?
-La solicitud de renuncia, me pidió que se la diera a Elizabeth hace dos días-ya lo recordaba-y ella firmo sin decir nada.
Soy una tonta, la que había dado aquel paso había sido yo, en todo caso la que debía mandar mi solicitud de renuncia era ella, no yo.
-¿Ya has mandado la solicitud al departamento de New York?
-No detective, supuse que usted la revisaría antes de mandarla-me da la solicitud firmada.
«¡Oh Lizzie! ¿En serio renunciaras así de fácil?»
-No la mandaré-tomo la hoja por en medio y la rompo a la mitad para después hacerla pedacitos sin forma-¿Ya puedes llamarle?
-Lo siento detective hoy es...
-¿Que es lo que sucede contigo Olivia?-la miro antes de tomar mi bolso de la oficina y salir yo para buscarla.
Bien dicen que si quieres algo bien debes hacerlo tu, sin embargo, nunca creí que eso sucediera en mi departamento, con policías supuestamente calificadas para todo.
Subo al auto y tomo mi teléfono para llamarla, pero como ya intuía, ella no contesta, solo manda a buzón directo.
📞-Hola Elizabeth, soy yo, Sira Spencer, la detective por si no me recuerdas...
Que estupidez, solo habían pasado dos días, seguro que si me recordaba.
📞-Oye lo lamento, no fue mi intención besarte...
«¡Ah maldita mentirosa!» silencio.
📞-De acuerdo, tu ganas, si fue mi intención besarte, ¿la razón? No lo sé, deberías decírmelo tu. ¿Por qué me miraste de esa forma? No no, ¿por qué siempre me miras así?; Dios Elizabeth, mi madre casi me mata y se que no es tu culpa, no del todo, solo... Toma la llamada, te lo ordena tu jefa.
Tenía que escucharlo, tenía que devolver la llamada.
Yo era la detective, yo daba las órdenes.
Pero maldición, yo no debería ser la detective Spencer. Debía ser detective problemas.
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Cartas A La Edad © | [Completa]
Teen FictionHabía dejado de enviarle cartas a la edad cuando dejó de existir, cuando deje de amarla, cuando ya no importó lo suficiente. Deje de escribir cuando mis manos dejaron de tener esa capacidad, cuando ya no respondió. Guarde sus cartas. Guarde cada rec...