Capitulo 18

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Visenya miro el amanecer sentada desde la habitación de su hija, no había pegado el ojo en toda la noche y no había querido despertar a las nanas, pero simplemente Dharaenya de negaba a dormir, no mostraba señales de un mal estado de salud ni nada, al contrario había nacido más risueña que ambos padres juntos, solo le gustaba quedarse en la cuna y dar vueltas hasta casi caer de ella

Eso había alterado el sueño de Visenya y Aemond los primeros seis meses posteriores al parto, ella dormía por las mañanas y el por las tardes manteniéndose así vivimos el tiempo suficiente para preguntarse si había sido un buen momento para ser padres

Para ambos ya era muy tarde, ninguno podía negarse a la idea de ser padres, y poco a poco habían tomado el ritmo de la situación.Para todos había sido una sorpresa el nuevo embarazo de la princesa y cuando está llegó al sexto mes, había comenzado un problema mayor al que cualquiera se hubiera enfrentado en ese momento.

El reclamo de su hermano como siguiente señor de las mareas era amenazado por su propio tío abuelo, mientras su abuelo se encontraba en un estado muy grave en un lugar muy, pero muy lejano de su familia

- Tengo esto para ti - Baela toma asiento a mi lado entregando las cartas - una es de Helaena, otra de Lord Cregan Stark y una más de Ameni

Deposita las cartas en mi mano permitiéndome ver el nombre de los remitentes de dichas palabras mientras se detiene admirando un par en particular, su mirada es confusa y pasa la vista un par de veces

- ¿Todo bien? - Baela levanta la mirada y asiente

- Jamás había visto que le llegará una carta a tu esposo - Le resto importancia - Son un par, deben de haberse perdido los cuervos o simplemente olvidaron darlas los sirvientes

- seguramente son de su madre - levanto una de las cartas selladas y miro la letra, no dice quien la envía, pero si quién debe recibirla y la letra no es una que yo conozca - Si son tantas debe ser importante

- Entonces lo mejor seria dárselas en cuanto regrese - Baela fijo la vista en su sobrina que gateaba por el lugar

- Podría leer una, si es algo de gravedad podriamos buscarlo y avisarle - admiro una en específico, es la más vieja porque está más manchada y la levanto - Me gusta que ejercites tu lectura, así que ayúdame Baela

La menor tomo la carta y rompió el sello dándole una leída rápida a las primeras letras antes de hablar

- Aemond, se que no es adecuado enviar cartas a tu hogar con tu esposa, pero me gustaría que supieras que los niños y yo seguimos bien, todavía te extrañamos y lamento que te hayas perdido el nacimiento del más joven - Baela hace una pausa volviendo a leer como si lo que sus ojos estuvieran viendo no fueran verdad  - Cada que lo veo, esos ojos violetas tan bonitos, se que lo heredó de ti, el mayor aún pregunta por ti pero me es difícil evitar que hable de ti públicamente, tu niña, creo que ella entiende más fácil la situación sobre tu matrimonio y tu otra hija

La pausa de la más joven se vio acompañada de esta poniéndose de pie tomando las cartas caminando ala chimenea, no deseaba que su hermana mayor leyera lo que continuaba y estuvo tentada a arrojar dichas cartas al fuego

- No te atrevas Baela - Hablo claro y fuerte extendiendo mi mano - Entregalas

- Esto es común... Entre príncipes y Lords - se excuso está dando media vuelta en un intento de comprender lo que pasa - ¿Verdad? ¿Todos son así?

- Los hombres son unos bastardos, incluso nuestro padre lo es - Señaló arrebatando la carta abierta leyendo lo último - Te amo y te extraño

Una risa salió de sus labios levemente arrojando dicha carta al suelo pensando un momento lo siguiente que haría

- Tiene tres bastardos - Baela miro a su hermana hablar consigo misma por un instante - Ese maldito me a engañado

- No podrías hacer nada, ellos lo hacen siempre, es común y tú no podrías discutir con un varón

- me importa una mierda si es o no un varón, en cuanto cruce la puerta le cortaré la verga - Sentenció de lleno poniendose de pie para caminar en dirección a su espada colgada sobre la chimenea - Quiero que saques a Dharaenya de aquí cuánto antes

La puerta de abrió y Aemond cruzo por la puerta cargando con una armadura abollada que dejó caer al suelo para levantar su vista a su esposa antes de preguntar

- ¿Es bueno practicar embarazada? - Visenya desenfundo su espada y camino en dirección a su esposo con esta en alto para acorralarlo contra la puerta

- ¿Cuál es su nombre? - pregunto una sola vez

- ¿De que hablas? - pregunto este dirigiendo su vista a Baela quien tomo a Dharaenya en brazos volteandola a la ventana

- Quiero el nombre de tu amante y el número de bastardos que tienes con ella - Lo siguiente que sintió Aemond fue una patada mientras la platinada camino en dirección a las cartas tomandolas con fuerza en su mano

- Lo mejor seria hablarlo - Aemond miro a su esposa directo a los ojos intentando hablar con ella de una manera más racional - Tu no entiendes de lo que hablas, las mujeres no lo entienden

- Soy mujer no estúpida - Contestó de regreso - Así que busca una mejor excusa imbécil

- No entiendo cómo puedes creer que tengo una amante - Aemond hizo un gesto de dolor - No entenderias si te explicará

- El que no entiende claramente nada eres tú - Visenya arrojó las cartas al suelo y miro con desagrado a su esposo - Me equivoque contigo... Es mi error, no debí casarme contigo, fue algo apresurado

- Todo lo que has leído es algo... Es meramente un error de mi pasado, solo eso - Visenya alzo la espada nuevamente en cuanto este intento avanzar a ella - No es nada para mí

- ¿Tener una amante y bastardos no es nada? - La platinada abrió la boca mirándo directamente al hombre frente a ella - No quiero que me vuelvas a tocar mientras estemos a solas, no me dirigiras la palabra tampoco, nisiquiera te quiero ver ahora

- Soy tu esposo Visenya, no me puedes pedir eso - los pasos en la habitación se escucharon más fuertes - ¡Tu eres mi esposa!

- ¡Y ese es mi más grande error! - La joven al otro lado de la habitación se mantuvo en silencio, Baela no podía interferir ante una discusión matrimonial - Solo porque eres el padre de mis hijos sigues vivo

- No me matarias jamás - Una risa arrogante salió de los labios del principe Aemond - Te conozco muy bien

- Tienes razón, yo no, pero tengo un padre que es experto en asesinar bastardos mentirosos y pretenciosos - Visenya mordió su labio - Quiero que te largues de mi habitación y si puedes ahora mismo que regreses con tu mami, no te quiero ver o escuchar y creeme que tampoco quiero estar cerca de tu maldita presencia

- El hijo que llevas en ese vientre es mío - sentenció rápidamente este - Esa niña de ojos violetas es mi hija, no me ire porque tú me órdenes eso, me quedaré con mis hijos y contigo

- No me interesa lo que pienses hacer - le resto importancia arrojando la espada al piso - Tengo que ir a una audiencia con mi familia, ¿quieres mostrar arrepentimiento? Te vas a arrodillar frente al rey y dirás que el legítimo heredero de la serpiente marina es Luke, no existe otro

- No apoyaré a tu hermano en algo que no es verdad - este negó varias veces - No mentirte frente a mi padre por el y la farsa que han llevado por años

- Entonces empaca porque no quiero verte aquí al volver - Visenya miro a Baela y señaló la puerta - mientras desapareces por días seguramente para ir con tu amante las cosas para mis hermanos se desmoronan y es algo que yo debo resolver como su hermana mayor

- Iré contigo entonces, te seguiré en Vhagar, aunque te niegues

- Perfecto, pediré que suban todo lo tuyo al barco - Sus pasos fueron en avanza a la puerta cuando el brazo de su esposo la atrapó viéndola seriamente - Ya perdiste un ojo por mi hermano, no creo que quieras perder una mano por mi

El agarré disminuyó bruscamente dejando que está volviera a avanzar y mirara a los guardias a las afueras de la habitación

- Todas las pertenencias del principe Aemond deben ser subidas al barco de inmediato, debemos partir a medio día - Ordeno duramente - ¡Nada de sus porquerías deben quedarse en mi castillo!

Survivor [Aemond Targaryen Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora