{11) Después de la calma

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Después de la calma viene la tormenta.

Si, se que el dicho popular es al revés:

Después de la tormenta viene la calma.

Pero mi dicho, mi refrán, era diferente. La había cambiado a mi perspectiva.

Después de la tormenta no siempre viene la calma, siempre quedan los rayos que nos asustan, las lluvias que nos bañan y no nos hacen olvidar lo vivido, el viento frio recordándote que esto es lo que mereces.

Después de una tormenta sentimental, una tormenta amorosa, NUNCA vuelve a haber calma. Siempre se quedan ahí ciertas consecuencias, ciertos arrepentimientos.

Por otro lado mi versión de la frase sí que es cierta.

Después de la calma sí que viene la tormenta. ¿No les pasa que está todo bien y sucede algo? Eso no falla. Siempre que estamos felices y nos sentimos completos algo sucede. Siempre que estamos en calma, viene la tormenta.

Bueno. Pues por desgracia yo no soy la excepción.

Después de mi beso con Gross claro que vendría una tormenta, una tormenta cargada de frialdad y capaz de sumirnos a todos en su más profunda oscuridad, una tormenta de nombre Drug.

Me separé de Gross y me levanté sin saber exactamente qué hacer, estaba algo mareada. ¿Puede un beso dejarte borracha? Pues este fue uno de esos.

Todos en la cafetería me miraban, las chicas con envidia y enojo. Uyyyy, bese al que tienen de crush desde los cinco años. Idiotas. Los chicos me miraban lujuriosos y me di cuenta que al sentarme sobre Gross mi vestido se había subido y parte de mi hermoso trasero estaba a la vista.

—Pensé que valías más.—dijo una voz ronca y enfurecida detrás de mí.

Al voltearme era  Drug, estaba rojísimo y sus cejas contraídas de furia.

—¿Perdón?—dije ULTRA ofendida. Me decía que no valía solo por ceder al deseo.— ¡Escucha, idiota! Valgo muchísimo más de lo que valen la mitad de las idiotas de este pueblo a las que te follas. ¿Quién te crees que eres? Que te quede claro: YO-BESO-A-QUIEN-ME-DA-LA-GANA.

Su furia incremento. Lo podía sentir en su aroma.

Entonces bajo la mirada al suelo, tomo aire y volvió a levantar la vista pero no para mí.

—Has ganado la apuesta.—aceptó mirando a Gross.—La chica es tuya.

Con «la chica» imaginé que se refería a la tal Emma. ¿Ese era el trato no? Ja, yo y mi inocencia.

—Bueno. Yo me voy.—dije y Drug me tomó del brazo bruscamente.

No llegaba a hacerme daño pero su agarre era bastante intimidante.

—¿Huyes? Quédate, ahora eres novia de Gross.—Me dijo.

Yo me quede como: WTF.

No. No. O sea eso es imposible. A mí nadie me hablo de eso, no, no, no.

—Luego de la apuesta que hicimos en el auto, mi hermano y yo decidimos cambiarla mas a nuestros deseos.—explicó Gross.

Eso no podía ser bueno.

—Nadie me informó de ningún cambio así que… me voy.—dije intentando huir del agarre de Drug.

—Decidimos dejar a Emma fuera del trato pues en el fondo ya nadie se acuerda de esa fea.—dijo Gross en un tono divertido.—Decidimos que si antes de que la semana acabara besabas a Drug, saldrías con él. Si antes de que la semana acabara me besabas a mí, saldrías conmigo.

Chicos con aroma a MUERTE©[Saga D E A D #0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora