Chicos con aroma a MUERTE©[Saga D E A D #0]

{9) Sentimientos Rebelados

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Drug…

Su aroma…

Sus ojos grises…

Sus labios finos…

Su cuerpo atlético…

Gross…

Su aroma...

Sus ojos grises…

Sus labios gruesos…

Su cuerpo atlético…

Abrí los ojos sobresaltada de mi propio sueño. ¡MIERDA! Había soñado con los malditos Williams.

¡¿Qué hacían esos demonios en mis sueños?!

No recuerdo exactamente que soñé pero recuerdo que allí estaban y que casualmente no tenían ropa. Casual. Nada raro.

Me senté sobre mi cama y… ¡Esta no es mi puta cama!

La cama donde estaba tenía una sobrecama roja de una tela suave que te hacía sentir que estabas flotando. Era una habitación sombría, oscura aunque muy amplia. Tenía TV, aire acondicionado y unos grandes ventanales que permanecían cerrados por una cortina de color negro. Todo en ese lugar era negro y blanco. Cada detalle. El suelo era con azulejos brillantes negros y blancos, los cojines, uno negro y otro blanco, la pared de blanco, la puerta de negro y el chico que me miraba vestido de negro.

¡Ah! Un chico me miraba.

No definía el rostro de aquel que desde un rincón oscuro de la habitación me miraba, podía sentir el peso de su mirada sobre mi cuerpo.

Por su ropa negra que era la misma de antes de desmayarme supuse que se trataba de Drug.

—¿Te quedarás ahí, acosador?—pregunte levantándome de la cama.

—Debes descansar. Necesitas descansar.—dijo fríamente.

—Quiero repuestas. Necesito respuestas.—Le dije en su mismo tono frío.

Encendí las luces porque era raro no poder verle el rostro y de paso abrí las ventanas.

—Nunca abro las ventanas.—aseguró con ese tono de pesado.

Observe que la vista era hermosa, se veía el jardín lleno de flores rojas y miles plantas muy extrañas pero bonitas, todo podado y las plantas tenían formas muy artísticas debían haber sido hechas por un gran profesional.

Me di la vuelta y encare a Drug, algunos mechones negros de su cabello caían sobre su frente mientras sus ojos grises tomaban un aspecto salvaje y peligroso pero atractivo.

Drug era intimidante a veces, te miraba como si te calculara, como si buscara el momento para hacer algo, como cazador a su presa pero a pesar de todo no le temía en lo absoluto.

—¿Me dirás por qué me mandaste esa nota? ¿No era suficiente con que tengan mis huellas en esa chaqueta? Estoy atrapada, no puedo decir nada.—dije.

—Por eso mismo te dejé la nota, para que estés más atrapada aun y no se te ocurra delatarme.—aseguró.

Sí, eso imagine en un comienzo.

Ponerme entre la espada y la pared. Que no pudiese contar nada de nada.

Aunque estaba segura que también lo hacían para probarme, para saber si tramaba algo, no confiaban mucho en mí.
Solo no entendía si no confiaban en mí: ¿Por qué querían acercarse a mí? ¿Por qué insistían en tenerme cerca?