Chicos con aroma a MUERTE©[Saga D E A D #0]

{40) Verdaderos DEMONIOS

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—En otras noticias. Luego de una semana tras la desaparición de la joven Anna Junniors aún no se tienen cambios, no hay sospechosos ni tampoco pistas de dónde puede estar. La chica despareció en la mansión Williams cuando se recuperaba de una hipotermia y nadie ha sabido nada de ella. ¿Huyo o es otra víctima futura de los brutales asesinatos que acechan a  nuestro pueblos? Los padres de la joven, el señor y la señora Junniors, grandes empresarios con empresas en la ciudad, han utilizado a los más eficaces detectives pero no se obtiene ningún resultado. Protejan a sus seres queridos y que Dios nos ampare.—dice la reportera del canal de noticias.

Mis ojos amenazan con las tediosas e inservibles lágrimas tras todo lo que la mujer a dicho.

Anna.

Anna.

Es cierto. Ella simplemente desapareció, se fue, ya no está.

La idea de no volver a verla me apretaba el pecho.

—¡Hola!

Aún recordaba su sonrisa la noche en que tocó a mi puerta para invitarme a la fiesta de los Williams.

Eso fue lo que inició todo.

Ella me puso en bandeja de plata a los Williams, me dio un pase directo para conocerlos y acabarlos. Y ahora, ya no los quiero destruir, ya ella no está.

—Poissy.—me llama Style.—La estamos buscando. Va a aparecer.

Lo miro, quiero creerle pero dudo.

Si es cierto que en un comienzo Anna no era más que una chica habladora y demasiado dulce por momentos pero llegó a ser una persona muy importante para mí.

—Linda.—dice Gross.—Vamos a la uni. No podemos faltar.

Me levanto y suspiro. Es cierto. No puedo ausentarme ahora que es temporada de exámenes.

Ya estaba vestida así que nos encaminamos a la puerta, miró hacia la casa de Anna. Nunca entre, nunca me invitó. Por lo que sabía sus padres siempre estaban en la ciudad encargándose de sus empresas. Ella vivía la mayor parte del tiempo sola y aún así nunca me invitó a su casa.

La casa tenía la misma estructura que la mía y parecida a la mansión, aunque tenía un aspecto oscuro a casa vieja embrujada pero no dejaba de ser una casa grandísima.

Nos montamos en el auto y llegamos rápidamente a la universidad.

Estudiantes y profesores estaban afuera esperando que fueran las 8 en punto para entrar. Los profesores entraban siempre junto a nosotros, el único que entraba antes era el director, él podía entrar a la dirección y hacer sus papeles u organizar sus documentos para el día. Aún así el director solo llegaba hasta la dirección que era la primera oficina al entrar. O sea NADIE recorría la universidad antes de que esta fuese abierta oficialmente para un nuevo día.